Parece mentira que las quejas y reclamos por el estado en el que se encuentra la Peatonal del Centenario en sus dos cuadras de extensión no sean escuchadas por las autoridades del área de Obras Públicas de la Municipalidad. Tanto la primera etapa, construida todavía bajo las indicaciones del Arquitecto Diego Chediack, como la segunda, que según los más cercanos a los protagonistas sería el puntapié inicial para la retirada del profesional, culminada con la coordinación del Dr. Pablo Zeme, están en lamentables condiciones. La situación llegó a un punto tal que la casilla de información turística tuvo que cerrarse para reacondicionarla trasladándola a la oficina a su local originario de la Avenida 3 de Febrero y tener a mano en forma constante el material necesario para reparar las ya incontables baldosas que transforman al nuevo paseo urbano en “la calle de las castañuelas” según la calificación de un oyente de La Radio. Ojalá prime la coherencia entre quienes tienen la responsabilidad de construir para la gente un lugar de esparcimiento y relax y no un sector donde nos demos cuenta de cómo y cuánto se gasta para zafar.
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