A los medios de difusión. Después de leer y considerar sobre lo mucho que se ha escrito sobre la discapacidad y cuán poco se conoce, he resuelto dirigirme a los medios de difusión locales con el objeto de solicitarles colaboración en base al material que adjunto a la presente nota para que en forma fragmentada se efectúen comentarios sobre tan delicado e importante tema.
La Dra. en abogacía Ester A Lobatonenen en su libro titulado “Discapacidad, derechos y obligaciones”, editado en 1995, suma a todo lo ya escrito sus amplios conocimientos.
Un anterior libro editado en la década 1950/60 por el Sr. Henry Viscardi hijo, llamado “Dadnos la herramienta”, su primer capítulo se refiere a al fundación de la empresa “habilities” la primera empresa que decidió emplear toda gente “inepta”.
En el año 1967, con la colaboración del Club Marcelo J. Fitte, Club Deportes para lisiados, ambos en Capital Federal y el Club Newls Old Boys de Rosario, nos pusimos a formar en nuestra ciudad, comenzamos con la realización de un censo, fue muy importante hacerlo. Su realización nos permitió valorar las secuelas de la polio en tanto afectó a nuestra zona. Con el censo realizado conformamos un legajo con todas las exigencias conformadas, lo elevamos a las autoridades municipales pidiendo el reconocimiento como entidad de bien público, nunca recibimos respuesta a pesar de reiterada la solicitud.
No recuerdo con precisión la fecha en que se convocó a los Lisiados a una importante reunión que se realizó en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de la Nación, cuya capacidad fue colmada. Jamás vi tantos bastones, muletas, sillas de ruedas, camillas ocupadas por cuadriplégicos y muchos otros elementos de apoyo.
Fueron varios los temas que se trataron, emotivos discursos y ánimos exaltados con revoleo de bastones. Los más importantes: la Ley de empleo, franquicias para comprar automóviles con comandos ortopédicos, créditos bancarios para su compra.
La recepción de los asistentes estuvo a cargo de un grupo de personas que se habían unido para darle a esa diaria de café, otros objetivos. Uno de ellos, y aceptado por todos, fue colaborar con entidades de ayuda al discapacitado, organizando semanalmente paseos al aire libre.
Tuve la oportunidad de de conversar mucho del tema con un señor muy entusiasmado con el compromiso contraído, muy jovial y de muy buen humor. Me dijo que su apellido era Perruno, que venía de perros, poco después recibí de él una carta en la cual me pedía si San Pedro contaba con comodidades para un grupo de jóvenes lisiados.
Después de realizar diversas gestiones con entidades de la costa, lamentablemente y vergonzosamente tuve que responderle que San Pedro carecía principalmente de cuerpos sanitarios para satisfacer el pedido formulado.
Atilio Oroméz.
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