Larga cola en el banco para cobrar jubilación: “Hay un montón de cosas que ya no se pueden comprar”
Este viernes se vieron largas filas en los bancos, especialmente en el Industrial, donde muchos jubilados van a cobrar sus haberes de manera presencial. El móvil de Radio Cuarentena recogió testimonios, entre ellos el de Ana María, que contó que ya no puede comprar "un pedazo de dulce, de queso" y que a veces no come de noche porque la plata no alcanza.
Alrededor de dos cuadras de cola hubo casi toda la mañana en el Banco Industrial, integrada en su mayoría por jubilados que llegaron para cobrar sus haberes, que incluyen este mes el medio aguinaldo, un aumento del 15,62 por ciento y un bono de 10 mil pesos para quienes perciben la mínima.
Personal de Inspección dispuso un vallado para extender el espacio disponible para quienes hacían la fila, teniendo en cuenta lo estrecho de la vereda de calle Pellegrini al 600.
El Indec reveló este jueves el Índice de Precios del Consumidor (IPC), con una inflación para el mes de noviembre del 4,9 por ciento, que si bien fue 1,4 % menos que el mes anterior, sumó a un acumulado desde enero que lleva 85,3 % y un 92,4 % interanual.
Los servicios de luz, gas, telefonía e internet estuvieron al tope de los incrementos. Los alimentos mostraron un aumento del 3,5 por ciento en general, pero hubo algunas frutas y verduras que superaron los dos dígitos.
Los jubilados lo notaron y lo hicieron saber. “Te arreglás como podés, a veces no comés a la noche”, dijo una de las adultas mayores que esperaba en la fila del Banco Industrial este viernes al móvil de Radio Cuarentena.
Ana María trabajó toda la vida como empleada doméstica en diversas casas de familia. Para jubilarse tuvo que pagar moratoria porque no le habían aportado como corresponde. Hoy subsiste con la jubilación mínima y con el aporte que hacen sus hijos, que estudiaron, se recibieron, trabajan y ayudan a su mamá.
“Lo primero que hago es pagar luz, gas, el lugar donde saco para comer, plata para los nietos chicos, los bisnietos”, dijo sobre sus gastos. “Me borré del seguro de Coopser, que tenía a todos los nietos, porque ya no podía pagarlo”, reveló.
Cuando Lilí Berardi le preguntó qué había recortado en su consumo cotidiano, señaló que “en general, hay un montón de cosas que ya no se pueden comprar” y enumeró: “Un pedazo de dulce, de queso, fruta como tienen que tener los chicos, un sachet de leche para tomar un desayuno como la gente, con dulce y manteca, o para una merienda, no se puede dar un lujo de comer bien con carne, porque no llegás”.
“Mucho recorte hubo, pero a nadie le importa”, dijo Ana María y contó: “Siempre trabajé, te puedo asegurar que vivía mucho mejor y podía darle los gustos a mis hijos, ahora no puedo”.
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