La Asociación de Radios Licenciatarias Independientes de Buenos Aires (ARLIBA) trabaja contrarreloj para corroborar que el anteproyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual repare el “olvido” de las pequeñas y medianas empresas.
LA PLATA.- Ante la inminente remisión al Parlamento del Anteproyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, autoridades del COMFER y la Secretaría de Medios de la Nación renovaron el compromiso de ratificar los derechos de las “Pequeñas y Medianas Empresas de Radiodifusión con arraigo territorial”, en base a los 21 puntos acordados en el encuentro llevado a cabo en el pasado mes de mayo con la Asociación de Radios Licenciatarias Independientes de Buenos Aires (ARLIBA).
Los radiodifusores integrantes han expresado su apoyo a la elaboración de una nueva normativa, aunque exigieron la modificación de aquellos artículos que dejan en posiciones dominantes a actores sociales que, sin estar vinculados a la comunicación, pretenden el otorgamiento de licencias subsidiadas por el Estado. Tal es el caso de las Cooperativas prestadoras de servicios públicos monopólicos (eléctricas, telefónicas, ente otras) que operan en el interior del país.
Del mismo modo, y para fortalecer el derecho a la comunicación inherente a cada ciudadano, reclamaron el control y la elaboración efectiva previa de un plan técnico que evite el creciente desorden en el avance de emisoras ilegales comerciales y el deterioro del espacio radioeléctrico en aquellas localizaciones que por sus características demográficas impidan el normal desarrollo de las estaciones radiales que han prestado y prestan servicios regionales y locales como genuinas generadoras de puestos de trabajo.
Desde el COMFER y la Secretaría de Medios de Comunicación se han mostrado interesados en subsanar este vacío, que en la redacción inicial del anteproyecto dejaba a quienes, pese a los vaivenes de distintas administraciones, han logrado resistir la competencia tanto de las empresas que desde una posición económica dominante utilizan emisoras instaladas como meras repetidoras de programación sin producción local, como de aquellos que continúan en una inexplicable ilegalidad con intereses comerciales, degradando la calidad de las emisiones.