Los audios del estafador que ofrecía una casa en alquiler y los dueños no sabían
La Opinión accedió a intercambios en chats de WhatsApp con quien publicó en redes sociales el alquiler de una casa donde vive una familia que desconocía la situación. Al menos una persona hizo una transferencia bancaria al estafador. En los diálogos, su esfuerzo está centrado en que el interesado en alquilar la vivienda le deposite dinero.
Al menos una persona fue estafada por delincuentes que publicaron la oferta del alquiler de una vivienda que está habitada y cuyos propietarios no estaban al tanto de que la ofrecían por redes sociales.
Los dueños de la casa dejaron asentada la situación en una exposición civil luego de recibir la visita de alrededor de 30 personas interesadas en el alquiler. Luego supieron que un joven de Zárate cayó en la trampa y transfirió dinero a los estafadores.
La Opinión accedió a chats de WhatsApp que el delincuente mantuvo con personas interesadas en alquilar la vivienda, a quienes intenta estafar pidiéndoles una transferencia bancaria del 50 por ciento del total del monto necesario para la firma del contrato.
Los audios son elocuentes. El estafador explica cómo es la modalidad de alquiler, cuánto cuesta, qué debe pagarse y cómo, al tiempo que describe la vivienda. Este martes, Radio Cuarentena reveló cómo era la modalidad.
En lo diálogos que La Opinión pudo reconstruir el estafador tiene siempre el mismo discurso. Primero envía fotos del frente de la casa, ubicada en Arnaldo al 300, pero viejas, tomadas de Google Street View, con una fachada que ya no existe porque fue reformada por los actuales residentes y propietarios.
Luego envía fotos del interior de la vivienda que en realidad no son de esa casa: cocina, habitaciones, baño, living y hasta patio con parrilla y el cesped recién cortado.
Si alguien se percataba de que el frente fue modificado, les pasaba una foto más actual, tomada cuando todavía la casa estaba en obra y desde arriba de un auto, al punto de que se ve el espejo retrovisor.
La propuesta era por un alquiler de tres años a 24 mil pesos por mes sin incremento en todo el contrato.
La oferta era tentadora, por lo que muchos pedían verla de inmediato para intentar cerrar trato. Ante ello, la respuesta era con un día y horario. Se desocupaba “el domingo”, les decía.
Lo llamativo es que recordaba que el inquilino debía pagar los servicios: “Electricidad, gas y agua”. En San Pedro el agua se paga como tasa municipal entre otros servicios sanitarios, sin medidor domiciliario, como en otros centros urbanos.
A muchos los citó el fin de semana, por eso los propietarios recibieron gente que les tocaba el timbre con intención de ver la casa. A otros, los más apurados y que le decían que incluso podían pagarle el día que recorrieran la vivienda, los pateaba.
A ellos les advertía todo el tiempo que la casa se podía ver “siempre y cuando nadie la deje reservada por anticipado”. Si alguien le proponía ver la casa y pagarle la seña allí, les decía que debía hacerse por transferencia bancaria.
Pedía la mitad de los tres meses requeridos, es decir 36 mil pesos.
“La reserva se abona a través de cuenta bancaria o mercado pago a la cuenta de mi señora. Con el 50 por ciento lo puede dejar reservado”, decía en los mensajes.
“Voy a precisar la foto de su DNI y un correo electrónico para hacerle un comprobante de renta que irá firmado y sellado por escribano y abogado, que se le envía por WhatsApp o por correo electrónico”, informaba para darle pátina de legitimidad al intento de estafa.
“Mandame un mensaje antes de ir, que si nadie la dejó reservada, vamos”, decía, siempre intentando que su interlocutor accediera a transferirle dinero. El número de celular con característica 011 ya no existe. “No corresponde a un abonado en servicio”, dice cuando se lo marca.
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