Estimada Lili: decidí escribirle abusando de su amabilidad ya que en otra ocasión le conté, de esta manera, un problema mío y Ud. se preocupó y ocupó con tanta generosidad y eso fue muy reconfortante.
¿No tendrían que hacerlo los funcionarios que están en el gobierno? Hay un poder del Estado que es el más oculto e inaccesible para los ciudadanos comunes. El poder Judicial, los Jueces; sólo se manejan por escritos que tienen que llegarles por medio de abogados y otra característica es que aplican las leyes con mucho rigor; eso está bien, sin embargo hay casos y casos, muchas veces escucho que se dejó en libertad un delincuente porque el Juez competente interpretó una ley y encontró un motivo para dejarlo libre. Hay leyes que son injustas, por ejemplo la que aplicó Esthela Maris Ruíz Jueza de San Pedro, el caso es que mi familia y yo averiguamos hace siete años sobre la situación de un terreno que estaba abandonado durante muchos años, supimos que el dueño había fallecido y no había herederos. Además el lote debía impuestos municipales con dos juicios realizados por el mismo municipio, dicha deuda nunca fue pagada y el juez dicto sentencia.
Dicha deuda ya no es posible pagarla porque tendría que prescribir la misma y el Juez no dio a lugar a ello. En ocasión de que el terreno estaba abandonado decidimos limpiarlo de la basura, escombros, tapamos un pozo abierto, etc.
Además era lugar de escondite para ocasionales ladrones, los vecinos vieron con agrado que limpiáramos e incluso nos incentivaron a que construyéramos una vivienda, ya que de hecho no teníamos donde vivir. Así lo hicimos. Todo esto costó mucho trabajo, también pagué la deuda de impuesto inmobiliario. Sé que no tengo derecho legal a vivir aquí, hace seis años que con mi familia habitamos este domicilio, somos gente de trabajo y lo único que queremos es vivir en paz.
Digo de leyes injustas porque yo no tengo derecho a vivir ahí, según la ley; en cambio hay una ley que le da derecho a que cualquier ciudadano inicie demanda de desalojo a otro, aunque no sea su propiedad. Es lo que ocurrió, una señora de setenta y pico de años que sabía desde el principio que yo estaba por construir mi casa, me inició una demanda de desalojo, abonando los honorarios de un abogado que sabemos no son bajos. En fin, la jueza dio lugar a esa demanda y me manda a decir que mi familia y yo nos tenemos que ir. Este fallo que es según la ley, me perjudica a mí y no beneficia a nadie, porque la señora demandante no puede ocupar ni vender el terreno ya que es municipal, en todo caso si el municipio me hubiera demandado sería más razonable.
Esthela Maris Ruíz, jueza de San Pedro, detrás de un escritorio, decidió que yo desarmara mi casa, me llevara todo a no sé dónde y desocupe este terreno, para que nuevamente entre en estado de abandono; digo, ¿no será más provechoso resolver problemas que ocasionarlos?.
Yo me pregunto: ¿para qué la jueza quiere que me vaya? Esa señora que me demandó, ¿para qué gastó tanto dinero para sacarnos? ¿Cuál será el destino de este terreno si nos vamos? Seguramente lo ocupará alguna otra persona, es de conocimiento público el problema actual de vivienda en San Pedro. Creo que al leer mi carta muchos estarán a favor mío y otro no, es normal supongo.
“Es un usurpador y eso es un delito”, dirán; mi delito es tratar de vivir decentemente junto a mi familia en una casa que construí en un terreno abandonado y sin dueño. ¿Es tan grave lo que hice?
En mi humilde opinión los jueces deberían ver en profundidad cada caso y después decidir sobre el destino de las personas.
Por último, en la constitución acaso no dice que todo niño tiene derecho a una vivienda, pero en este caso seguramente será un espectáculo muy atractivo cuando vengan los patrulleros con sus luces a desalojarnos, un año y medio he luchado para sobreponerme de una depresión, ahora viene esta preocupación la cual no estoy preparado para afrontar ni tampoco el escándalo que esto significa, porque me tratarán como a un delincuente no solamente a mí sino también a mis hijos. Al respecto dice la biblia en el nuevo testamento, evangelio de Lucas, capítulo 17, versículos 1 y 2: ¨Imposible es que no vengan escándalos, más hay de aquel por quien vienen los escándalos, mejor le fuera si le pusiesen una piedra de molino al cuello y le lanzasen en el mar, que no escandalizar a uno de estos pequeñitos”.
Pido un poco de humanidad, no sólo para mí sino para todas las familias con problemas que son difíciles de resolver. La jueza se apega a lo meramente legal pero si pusiera un poco de humanidad al dictar sentencia quizá los resultados serían otros.
Gracias por leer mi carta que la escribí como me salió, del corazón, porque no quise siquiera corregir faltas de ortografía o escribirla en una computadora.
Rubén Oscar Fontanello
DNI 16.918.359
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