Los homicidios de 2024: casos resonantes y dos que aún permanecen impunes
Cuatro sucedieron en la ciudad, de los cuales hay dos que todavía no tienen imputados. Otro trascendió a nivel internacional por tratarse de una víctima de origen uruguayo, un caso que iba camino a cerrarse por suicidio y terminó con su pareja sospechada de ser la autora. También hubo un quinto en Ramallo, con la particularidad de que la banda estaba compuesta por cinco sampedrinos.
El crimen también tuvo hechos salientes en el 2024, con resultados dispares sobre el final de estos episodios.
Uno de los casos resonantes tuvo la particularidad de que no tuvo protagonistas locales, al menos por ahora: la víctima había nacido en un país vecino y la presunta autora, en Rosario.
Finalmente la Justicia pudo percatarse de que la muerte de Marcel Xavier González Jorge, un joven uruguayo que apareció en un verdadero baño de sangre, no había sido un suicidio.

Un campo próximo a la ruta 191, en el paraje Villa Sarita, fue el escenario, y a través de un largo proceso de varios meses, el año cerró con la detención de quien era su pareja, Marisel “Pili” Solís, la mujer rosarina de 47 años.
Hubo otros acontecimientos convertidos en tragedia. El asesinato de Felipe Frías, el hombre de 31 años, comenzó con su desaparición.
Luego el cuerpo fue hallado sin vida, una semana después, en la zona de pastizales próxima a las vías del Ferrocarril. Estaba a pocos metros de su casa.

Los peritos encontraron al menos dos marcas de cortes en el cuello que despejaron las dudas iniciales, relacionadas con la sospecha de que podría haberse autolesionado. Por ahora, el homicidio está sin resolverse.
A Sandra Yanina Nouet la mataron en Sargento Selada al 2500. La mujer de 40 años recibió tres disparos por la espalda que dieron en la cabeza, descerrajados a través de la ventana de la casa en la que residía con su pareja.

Muchos interrogantes abrieron este caso. Por un lado, el motivo, por qué el ensañamiento de darle muerte de esta manera, como si fuese un ajuste de cuentas.
Por el otro, si el autor, o los autores, pasaron caminando y efectuaron los disparos, o lo hicieron desde una moto.
Hasta el momento, el caso está impune. No hay detenidos y los dos jóvenes imputados inicialmente fueron liberados por falta de mérito.
También se recuerda lo ocurrido con el joven Isaías Belo, quien recibió un disparo de arma de fuego en un confuso episodio en la zona de barrancas, en el barrio Las Canaletas.

En inmediaciones de Juan Ismael Giménez al 2000, desde una vivienda, Isaías fue atacado en el momento que arribaba junto a su hermano y una joven.
Le dispararon con un arma de fuego, que impactó en la cabeza. A las pocas horas presentó muerte cerebral.
Por el caso fue detenido Nicolás Arévalo e indagado por Fiscalía Luego Carlos Franco, familiar de Arévalo, se presentó de manera voluntaria ante la Sub DDI San Pedro - Baradero y se hizo cargo como autor material de los disparos, uno de los cuales dio en la cabeza de Belo.
Si bien César Antonio Butara, comerciante, no residía en San Pedro, su asesinato vinculó a residentes en nuestra ciudad.
Butara vivía en la zona rural de Ramallo y allí fue asesinado de un disparo en el pecho por ladrones que llegaron a su casa para robarle dinero en efectivo y una moto.

La policía detuvo a cuatro sospechosos en una vivienda y a un quinto más tarde. Todos de San Pedro, integrantes de una conocida banda delictiva.
Se trató de Walter Rubén Díaz, de 32 años; Miguel Ángel Pereyra Retamal, de 22; José Antonio “Toti” Pereyra Retamal, de 23; Facundo Agustín Gómez, de 26; y Ramiro Nicolás Cáceres, de 18.
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