Los Kirchner no son incorregibles, son peronistas
En 1943 las agrupaciones político-sindicales estaban dispersas por las persecuciones de los gobiernos surgidos del golpe de Estado del 1930. A través de los recursos estatales Perón logra unificarlos y darles una nueva identidad: el peronismo. Aceptaron porque Perón controlaba los recursos públicos. Quienes van a forjar la identidad peronista son los afiliados de estos grupos y sus hijos; no sus dirigentes que negociaron con Perón. El peronismo es un movimiento de masas con un líder que le da unidad e identidad. En la masa no hay individuos, es homogénea y adopta el nombre de: el pueblo. Estado, Partido y Pueblo se fusionan en el Líder quien asume todos los poderes públicos. Quién lo cuestione será el antipueblo ¿si todos somos peronistas por qué Perón debe compartir el poder? En las elecciones el que gana lidera y el que pierde acompaña. En contraposición, el radicalismo nace de la sociedad civil y con recursos de sus afiliados constituyéndonse el ciudadano como sujeto central; por ende, el poder se comparte con el otro y es cuantificable; el poder se mide en la cantidad de votos obtenidos ya que un voto es un ciudadano que decide. El que gana lidera y el que pierde controla. (Sidicaro: 2006). Después del golpe de Estado de 2001 el poder nacional se reduce y surgen actores provinciales y municipales, se debilitan las lealtades político-partidarias, las asambleas adquieren un rol destituyente. El matrimonio Kirchner asume en este contexto de dispersión el que comienza a unificar a través de la subordinación de gobernadores e intendentes mediante la distribución discrecional del dinero público. Además de la reinstalación de la relación amigo-enemigo. Los Kirchner reproducen la estructura de acumulación y ejercicio del poder peronista. El líder (familia Kirchner) se adjudica la representación de un pueblo imaginario cuya única característica es obedecer su mandato sin cuestionamiento a cambio del usufructo del dinero estatal; y la adjudica al antipueblo (opositor, golpista y egoísta) no querer compartir su riqueza, obtenida a través de la explotación obrera, con los más humildes. La estructura kirchnerista está armada con sindicatos, gobernadores e intendente justicialistas (pertenecientes a líneas internas opositoras a los Kirchner) y de otros partidos políticos. Por lo tanto, los Kirchner tienen poder en la medida que tengan superávit fiscal para distribuir de manera discrecional ya que carecen de una base electoral propia; por ende, no repararan en los medios materiales y simbólicos para conservarlos (ingreso de Luis D´Elia y Emilio Pérsico violentamente a Plaza de Mayo para expulsar a los caceroleros, amenazas de Pablo Moyano, etc.). La protesta agraria puede romper con esta estructura. Coparticipar las retenciones significa mayor poder de decisión provincial y municipal. Pero el agro debe enfrentar su principal problema: su apatía, entendida como la obediencia absoluta al poder (Foucault: 1996), no como el desinterés por la cosa pública. Cuando se respeta lo público pero no se participa en él se permite que los demás decidan por uno, pero cuando estas decisiones no comulgan con mi interés intento desacreditar a los representantes. La falta de gremialización dificulta la organización de la protesta, su ejecución, San Pedro traición, etc., y debilita a los negociadores. La situación política y económica que está viviendo el agro es ideal para abandonar la apatía e incluirse en los canales legales de mediación y representación: las instituciones. No deben preocuparse por entender porque el gobierno nacional actúa equivocadamente y no quiere reconocer que se ha equivocado ya los Kirchner no son incorregibles, son peronistas. Pablo, e- mail: [email protected]