Martín Alsogaray, de atleta argentino a entrenador de Chile en Tokio 2021: “Era algo impensado”
A una semana del inicio de los Juegos Olímpicos para los que preparó a Clemente Seguel y lo acompaña en Japón, el instructor sampedrino habló del proceso y las sensaciones de ser parte del máximo evento deportivo con la bandera de otro país. "Es un poco raro, no tiene el plus de la pasión por los colores", reconoció.
Desde Beijing 2008 que San Pedro tiene al menos un representante en los Juegos Olímpicos y entre ellos siempre hay un Alsogaray. Julio en China, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016 donde se sumó su hermano Martín como entrenador de él, que en Tokio 2021, sin el destacado deportista, será la insignia de la familia en Japón.
La participación de Martín Alsogaray en los Juegos Olímpicos que se inaugurarán el 23 de julio tiene una particularidad: acompañará al chileno Clemente Seguel de la clase láser estándar de yachting y, en consiguiente, será parte de la delegación trasandina.
A una semana del inicio de Tokio 2021, evento para el que entrenó a la ilusión chilena, el instructor sampedrino brindó una entrevista a La Opinión en la que habló del proceso y las sensaciones de ser parte del máximo evento deportivo con la bandera de otro país. También reconoció que no sabe si afrontará un nuevo ciclo panamericano en la clase sunfish.
– ¿Cómo fue para vos este proceso como entrenador y qué expectativas tenés con Clemente Seguel en los Juegos Olímpicos?
-Después de los Juegos Panamericanos de Lima 2019, que fui como competidor, me surgió la posibilidad de entrenar a Clemente (Seguel), que tenía el evento clasificatorio para Tokio 2021 en Brasil. Ya había sido entrenador de mi hermano y en Náutico y lo empecé a preparar, clasificó e hicimos todo el proceso de preparación juntos para Tokio 2021. Nos tiene con mucho entusiasmo, no tan expectante del resultado sino de la experiencia en sí. Él va a debutar en un juego olímpico y va a ser el más chico en nuestra disciplina. Vamos pensando más en mantener la forma de correr, competir y disfrutar el evento. El resultado llegará solo.

– ¿Cómo fue la preparación?
-Con el tema de la pandemia y las restricciones se hizo complicado planificar y poder decidir con mucha antelación el tema de los puntos en la preparación. Lo pudimos sortear bastante bien y llegamos bien. Desde que empezamos juntos viene con un curva de rendimiento ascendente muy importante. Los Juegos Olímpicos son especiales y tratamos de bajarle un poco la presión, pero para nosotros es el mayor evento al que podemos aspirar y es especial. Dentro de lo que pueda pasar en la competencia, vamos a intentar que se mantenga con los pies sobre la tierra y pueda navegar como lo viene haciendo.
– ¿Qué apuntaste a mejorar en Seguel para los Juegos Olímpicos?
-En el último tiempo apuntamos a las competencias oficiales. A nosotros al estar ubicados en Sudamérica tenemos mucho déficit de competencias de muchos barcos y nivel, entonces el último semestre enfocamos en eso, en participar de muchos campeonatos para poder practicar largadas con muchos barcos que era lo que más no faltaba.
– ¿Quién es Clemente Seguel en Chile?
-En la vela, que hay unas diez disciplinas en los Juegos Olímpicos, es el único chileno clasificado para Tokio 2021. Tuvimos un trato muy bueno dentro de lo que fue el Comité Olímpico y el Ministerio de Deportes de Chile. Hay pocos deportistas clasificados en general entonces tuvimos un trato muy bueno. En lo que es la vela es actualidad y con mucho potencial para el futuro. Pudimos trabajar bien porque así lo consideran los dirigentes y facilita la labor tanto mía como la de él.
-Hablaste al principio del apoyo que recibió el equipo de Chile y vos tenés experiencia del sustento de un deportista en Argentina. ¿Qué diferencias hay?
-De todos los sistemas y formas se aprende, todos tienen cosas buenas y por mejorar. En Argentina el Enard ayudó mucho al deporte amateur, ha servido y muchos deportistas pudieron competir gracias a eso. Seguro tiene facetas para mejorar, pero el Enard ha sido muy bueno para el deporte. Yo como deportista nunca pongo en foco el aporte en sí que voy a tener, no pienso tanto en eso sino en lo que nosotros como deportistas y entrenadores tenemos que estar enfocados que es en la preparación, rendimiento y cada entrenamiento y competencia. El apoyo, en general, debe llegar de alguna forma. La diferencia que me pasó con Chile es que yo empecé a trabajar con Seguel sin saber si teníamos apoyo o no. Al ser menos deportistas y una población más reducida el contacto con el Ministerio del Deporte es más directo. En 2020 en plena pandemia me llamó la ministra del Deporte de Chile (N. de R.: Cecilia Pérez Jara), me preguntó qué necesitábamos y cómo lo podíamos hacer, le conté mi punto de vista y tuvimos el apoyo total en forma directa. Entiendo que en Argentina es más difícil porque hay un abanico de posibilidad y cadena de mando de dirigentes muy larga que es prácticamente imposible. Eso, en ese momento, me sirvió un montón y cumplieron con su palabra. En plena pandemia estuvimos dos meses en Europa y eso fue de gran ayuda a la preparación.

– ¿Cómo llegaste a ser instructor de Seguel y cuánto influyó tu experiencia en Río 2016 con tu hermano Julio?
-Lo conocí en 2017 en un campeonato de la clase sunfish, siendo él juvenil y uno de sus primeros campeonatos internacionales. Yo estaba participando en un Mundial de sunfish, él viajó con su padre y ahí ellos me empezaron a preguntar mucho sobre los Juegos Olímpicos de Río 2016 y esa experiencia que tuve. Nos conocimos así. El destino quiso que en 2019 el clasificatorio para Tokio 2021 sea en Río de Janeiro en una cancha que yo tenía muy estudiada y para nosotros influye mucho los factores del agua, la corriente, la meteorología del lugar y Río de Janeiro es muy particular. Dio la casualidad o el destino fuese el mismo donde era su clasificación, se comunicaron conmigo y me contrataron para su preparación.
– ¿Cómo se cambia el chip de ser atleta a entrenador?
-Obviamente lo que más me gusta como deportista es competir uno, pero lo más parecido es ser entrenador y a me gusta también el rol. Yo tengo mis propios objetivos como entrenador que me voy poniendo constantemente. Son objetivos y desafíos que uno proyecta y lleva a cabo y que cuando se pueden cumplir generan mucha satisfacción, muy parecida a la de ser deportista. Me gusta mucho, empecé a ser entrenador antes que a competir a alto nivel entonces es como que voy y vuelvo. Son dos actividades que se me retroalimentan constantemente. Ser competidor me ayuda a ser mejor entrenador y viceversa.
– ¿Tu faceta como atleta quedó de lado o tenés pensado hacer otro ciclo panamericano?
-No puedo decir que quedó de lado, pero tampoco puedo afirmar que voy a hacer otro ciclo panamericano aunque lo tengo dando vueltas en la cabeza. Todavía no es momento de definirlo y seguramente me pondré a pensar después de Tokio 2021. Lo definiré cerca de fin de año o en 2022. La particularidad es que los próximos Juegos Panamericanos son en Santiago de Chile en 2023.

-Durante una regata, ¿Cuánto influye el entrenador en lo que hace el timonel?
-Durante la regata nosotros no podemos tener ninguna participación, ni un grito de aliento ni indicación, nada. En los Juegos Olímpicos mucho menos porque tenemos una zona con boyas en la que no podemos movernos de ahí. Es distinto a otro evento del circuito que sí podemos rodear el campo de regatas e ir mirando y filmando para trabajar sobre eso después de las regatas. En los juegos no podemos avanzar y faltando cinco minutos para la largada ya no podemos tener contacto con los competidores. Durante la regata no tenemos influencia. Sí trabajamos mucho en la preparación y creo que un entrenador tiene que ser algo integral de que el competidor se sienta en armonía, en paz y con el entusiasmo y motivación de poder salir y competir. Sí influye muchísimo en la preparación y hasta antes de cada competencia. La competencia es totalmente del deportista.
-Desde el 2008 en Juegos Olímpicos siempre hay un sampedrino y un Alsogaray, por Julio y por vos. ¿Cómo lo vive la familia?
-Es un poco raro, llamativo. Yo aprendí mucho de mi hermano la parte técnica y sigo aprendiendo porque hablo bastante con él. He aprendido mucho de cuando trabajé con él. Siempre me escribe, hablamos y está igual de entusiasmado que yo. Está contento por mí de que yo pueda ir en mi rol. No fue fácil para él superar lo que le pasó y no sé si alguna vez lo hará (N. de R.: ganó el Selectivo de láser pero la Federación Argentina de Yachting le dio la plaza de Argentina a Francisco Guaragna). Por ahí debería decirlo él, no sé si se dará lugar para otro oportunidad, él lo tiene que pensar y definirlo según sus ganas y lo que quieran él y su familia.

-En Río 2016 fuiste entrenador de Julio y parte de la delegación de Argentina y ahora vas a estar en la de Chile con Seguel. ¿Tenés incertidumbre de cómo será esa experiencia?
-Si. Es un poco raro. Sin dudas que no tiene el plus de la pasión por los colores o como se dice desde la tribuna. Sin dudas que Río 2016 para mí fue muy especial: Argentina, mi hermano y mis primeros Juegos Olímpicos como entrenador. La ceremonia inaugural y los cantos previos a desfilar es algo que recuerdo y se me pone la piel de gallina. Con Clemente (Seguel) también van a ser especiales porque hace más de dos años que trabajo con él y ya tengo una relación de amistad y sentimental con él y su familia, que apoyaron sin ningún condicionamiento. Somos profesionales e intento tomarme el desafío con total naturalidad y profesionalismo. Cuando estamos en la cancha de regatas no se me cruza otra cosa por la cabeza que hacer lo mejor por Clemente, por mi trabajo y mi ética y moral que es brindarme al máximo como entrenador.
-Teniendo en cuenta esta rivalidad que hay con Chile, ¿Cómo es el trato con las personas?
-Ellos me tratan de una manera muy amistosa y amable. Creo que hasta se ponen contentos cuando voy para allá y me siento muy cómodo trabajando con Clemente o con los mismos dirigentes de la federación y los que es la cúpula directiva de la federación chilena.

-¿Era algo impensado para vos ir a un juego olímpico con un timonel de otro país?
-Si, era algo impensado. Cuando obtuvo el cupo para los Juegos Olímpicos, recién ahí caí. Antes no lo había pensado ni se me había ocurrido, mucho menos que a esta edad (N. de R.: el 14 de julio cumplió 33 años) iba a estar yendo a mis segundos Juegos Olímpicos como entrenador. Si me preguntabas en marzo de 2016 estaba encerrado en una oficina en Rosario y de alguna forma, no sé si por suerte, es la posibilidad que el deporte me da más allá de la bandera y las personas. Estoy muy agradecido.
– ¿Qué haces además de ser instructor de optimist?
-Me recibí de ingeniero agrimensor que me da la posibilidad de trabajar de forma independiente y voy alternando las actividades. Me gusta también, es una profesión que tiene mucho de aire libre y que puedo manejar mis tiempos y elegir los momentos. Hoy la tengo como actividad secundaria.
-Instructor de yachting, deportista y agrimensor. ¿Con cuál te quedas?
-Es díficil. Primero deportista, después entrenador y agrimensor.
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