El camino a Tokio 2020 para las selecciones de Argentina femenina y masculina de la que son parte Brenda Rojas y Gonzalo Carreras, respectivamente, es un calvario. El año pasado la pandemia de coronavirus obligó la suspensión del Preolímpico primero y los Juegos Olímpicos Tokio 2020 y, en consiguiente, a reorganizar la programación de entrenamientos, concentraciones y controles internos.

A principios de este calendario, con Tokio 2021 confirmado para entre el 23 de julio y 8 de agosto, el Preolímpico se ubicó del 9 al 11 de abril en Curitiba, Brasil. Sin embargo, horas atrás la Confederación Panamericana de Canotaje (Copac) lo canceló por la crisis sanitaria que afecta al vecino país donde el 4 de marzo se registraron más de 74 mil nuevos infectados con COVID-19 y casi 1700 muertos.

“Dado que esta zona de Brasil ha instituido restricciones que impiden cualquier competencia deportiva durante al menos dos semanas sin garantías de que la situación mejoraría en un futuro cercano, Copac ha tomado esta difícil decisión”, informó la Copac en su comunicado.

Rojas iba a participar del torneo en K2 500 metros junto a Sabrina Ameghino porque fueron las mejores en el control interno que se realizó en febrero en Nordelta, Tigre. Además, también tiene chances de ser la representante nacional en K1 200 y 500 metros. Sin embargo, tras la postergación del único evento en el que tiene opciones de clasificar a los Juegos Olímpicos, es una incógnita si se dispondrá otra sede o modificarán los criterios de clasificación.

El caso de carreras es diferente porque todavía no era segura su incursión en el Preolímpico en el K2 1000 metros dado que la Federación Argentina de Canoas (FAC) suspendió el selectivo interno luego de que Daniel Dal Bo y Agustín Rodríguez pidieron remar juntos y no con Carreras y Manuel Lascano.

Tras ese episodio, la FAC no tomó ninguna determinación respecto de quiénes serán los palistas argentinos en esa prueba para el Preolímpico y Carreras aguarda, ansioso, una resolución en un contexto de incomodidad e incertidumbre dado que, tal el calendario que diagramó, a principios de marzo iba a tener definido su futuro.