Noche violenta: en medio del caso Báez Sosa, las peleas en el centro alimentan la preocupación entre los jóvenes
El fin de semana pasado, antes de que se conozca la sentencia del caso del joven asesinado en Villa Gesell, el centro de San Pedro fue escenario de otra feroz pele a la salida de un boliche. Una consulta de Sin Galera en Instagram permitió conocer testimonios que invitan a la reflexión sobre lo que ocurre en la noche sampedrina. Hay quienes se retiran antes para no estar en los conflictos y otros que ya decidieron dejar de salir.
Antes de que el país se paralizara para conocer la sentencia en el caso Fernando Báez Sosa, asesinado a la salida de un boliche en Villa Gesell en 2018, el centro de San Pedro volvió a ser escenario de una pelea entre jóvenes que salían de bailar.
En Pellegrini y Las Heras el tránsito estaba cortado y varios patrulleros acudieron para intervenir ante la situación, que reportaba una pelea entre al menos dos personas, con otros participantes que rodeaban la escena, que terminó con dos aprehendidos trasladados a la Comisaría.
Videos a los que accedió La Opinión revelaron que los agentes que denunciaron agresiones habían sido efectivamente golpeados y no sólo por los detenidos que resistieron el accionar policial: al menos dos efectivos fueron agredidos por una mujer que les propinó cachetazos y les arrojó una zapatilla.
Una consulta de Sin Galera en Instagram permitió conocer testimonios que dan cuenta que la problemática de la nocturnidad está instalada y que las situaciones de violencia, como la de este fin de semana o aquella que ocurrió semanas atrás frente a plaza Belgrano, parecen estar latentes cada noche en los boliches o a la salida. No hace mucho, cabe recordarlo, hubo hasta disparos de armas de fuego afuera de un local nocturno.
“No me gusta salir y tengo 25 años, prefiero reunirme en casa o en cada de alguien, entre conocidos”, es una respuesta recurrente. La tendencia a considerar que la gente “se enoja por cualquier cosa”, sobre todo cuando está bajo el efecto del alcohol u otros estupefacientes, legales o no.
“Hoy se pierden porque sin querer los mojaste con una bebida en un boliche lleno de gente”, reflexionó una de las jóvenes que respondió la consulta de Sin Galera en esa red social. “Donde hay mucha droga, hay mucha violencia”, consideró otra.
Con ella coincidió un chico de 18: “Es triste tener que dejar de salir por miedo a no volver”. No sólo el caso Fernando Báez Sosa aparece en el horizonte. En San Pedro, meses atrás, un joven fue retirado de un boliche por patovicas, golpeado afuera del local y luego, bajo los efectos del alcohol y la golpiza, incrustó su auto contra el portón del local, lo que puso en riesgo a toda la concurrencia.
Hay quienes tomaron como costumbre retirarse antes de la hora del cierre de los boliches. Por las dudas, “para no quedar en medio de las peleas”. Porque son recurrentes. El año pasado hubo que legislar sobre el horario de los pancheros para evitar concentraciones que terminan en discusiones y en enfrentamientos.
En ese marco, los dueños de boliches salieron a defenderse porque, claro, en sus locales tienen seguridad y procuran evitar las peleas. Aunque hay una tendencia clara a retirar a los participantes de un conflicto y que se arreglen afuera, total en la calle ya es responsabilidad de la policía. “No es culpa de los establecimientos, sino de los inadaptados que concurren”, dijo una chica. “Tendrían que cerrar definitivamente”, opinó otro.
“Yo, con 20, no me doy el gusto de salir para evitar problemas. la noche está brava”, dijo otro joven. Una chica de la misma edad dijo lo mismo: “Cada día están más violentos”, agregó. “Ya no hay noche en San pedro, sino puras peleas. Ya no se puede salir tranquilo”, coincidió otro.
Una mamá también expresó su preocupación: “Mi hijo todavía no sale, y me carcome la idea de pensar que el día que salga le pase algo”. Alguien más consideró que “esto empieza en los hogares, con familias violentas, y luego se transmite a la calle”.
La inseguridad también forma parte de la preocupación relacionada con la nocturnidad. “Es tierra de nadie, San Pedro”, consideraron. “Preocupa la violencia y preocupa la cantidad de robos que hay por día, están imparables”, señaló otra vecina.
Quienes viven cerca del centro, lo padecen, como siempre: “Cuando salen del boliche, me rompieron vidrios, ventanas, cayeron arriba de mi bebé”, relató otra mujer. La problemática de la noche no es nueva, pero la resonancia del asesinato de un joven a manos de otros en una pelea a la salida de una noche de diversión devolvió el debate, cada vez más necesario en todos los ámbitos.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión