Oficios extraordinarios: Marcos, el limpiavidrios
Lleva dos décadas con su propia empresa o emprendimiento. No pude faltar a su trabajo porque él es su propia herramienta. Se lo ve de buen humor con su moto y su carro en las vidrieras y ventanales en los que no usa productos químicos.
Se inventó su empresa hace 20 años, no tiene jefe ni presiones, pero debe amoldarse a sus clientes. Lo encontramos en la calle, frente a una vidriera céntrica que terminaba de limpiar. “Es una gran clienta”, dijo y agregó “me aumenta ella” porque en tiempos de inflación a Marcos no le gusta estar calculando más de lo que cobra siempre.
Su moto tira un carrito con baldes, secadores y lo raro es que no hay mucho químico o casi nada. El brillo de los vidrios que limpia depende de su destreza. De buen humor responde que le gusta lo que hace y le va bien.
Le preguntamos si cobra por tamaño de superficie o por lote de tareas, sonrió y dijo “no sé, estoy cobrando 1500 pesos” y eso fue hace unos siete días.
¡Un aplauso para Marcos!

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