Ofrecen planes de ahorro como “programas de vivienda”
Vecinos de distintos barrios manifestaron sus dudas por el ofrecimiento de casas en 300 cuotas de 1.500 pesos. La Opinión logró dar con quienes los ofrecen y dialogó con la casa central de la empresa que invocan. Hay diferencias entre lo que dicen unos y otros, pero sobre todo respecto de lo que ofrecen: planes de capitalización, no de viviendas, al límite de la publicidad engañosa.
Un anuncio en Facebook que decía “anótate al plan de vivienda más importante de la Argentina” y ofrecía el sueño de la casa propia en módicas cuotas despertó el interés de los vecinos, sobre todo de los barrios periféricos, donde la famosa frase de Castells acerca de que San Pedro es “la capital de la especulación inmobiliaria” todavía despierta sonrisas.
Ese interés se transformó pronto en escepticismo. Una mujer cuyos hijos y nueras estaban muy entusiasmados lo graficó a la perfección: “Cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía”.
El relevamiento de casos y el diálogo con los asesores de Autocrédito Liniers y de la administración central de esa empresa, con sede en Villa Constitución, permitió a La Opinión reconstruir la trama de lo que no es un “plan de viviendas” sino un plan de capitalización o ahorro, mediante el que el cliente puede acceder a un producto (dinero en efectivo, automóviles o viviendas prefabricadas) mediante el pago de cuotas, con la posibilidad de ser adjudicado por sorteo y dejar de pagar.
La duda de quienes recibieron la visita de los asesores que venden el crédito es atendible, sobre todo teniendo en cuenta ciertas diferencias que aparecieron en el discurso de éstos con lo que oficialmente le dijeron a este semanario desde la casa central de la empresa en relación a las cuotas y los requisitos.
Por lo demás, todo está enmarcado en la legalidad. Lo que sí debe saber quien desee acceder a este tipo de planes es que se trata de un programa de ahorro con productos a un valor nominal, cuotas que se mueven de acuerdo al comportamiento del mercado, entrega al final del cumplimiento contractual y un sorteo mensual en todo el país que puede tenerlo como beneficiario entre los miles de clientes existentes.
Casi como jugar al Quini 6 cada semana, con la diferencia de que el pago del derecho a participar del sorteo se transforma en ahorro que es devuelto al final del camino, si es que el cliente termina de pagar las cientos de cuotas correspondientes.
Dudas, consultas y contradicciones
El aviso en Facebook tenía un número de teléfono con característica 011 al que había que enviar un mensaje por WhatsApp. Aseguraban que había un “cupo de 70 personas”. Una vez establecida la comunicación, el cliente recibe un llamado para luego ser visitado en su domicilio.
Allí explican cómo es el panorama: los requisitos, dicen, son “tarjeta de crédito o recibo de sueldo. La cuota será “de 1.000 a 1.500 pesos para abajo” (en la web de la agencia Liniers anuncian que puede ser de $ 799) y que serán “siempre bajas, sin interés y fijas”. La casa vale “360 mil pesos”.
Hubo casos en los que les denegaron la posibilidad de acceder al plan de ahorro porque no tenían recibo de sueldo. Otros, porque su recibo de haberes jubilatorios llegaba a través del Banco Industrial. “Me dijeron que tenía que ser del Nación o el Provincia”, contaron a este medio.
“Cuando terminás de pagar, ellos te dan la plata o te dan a elegir la casa o un terreno, así es lo que ofrecen”, contó una de las personas que manifestó sus dudas.
Los asesores que explicaron estos requisitos son “una piba jovencita y un flaquito”.
La Opinión dialogó vía telefónica con una representante de la casa central de Autocrédito en Villa Constitución, de nombre Cecilia, quien informó que lo que ofrecen son “planes de capitalización a largo plazo” para autos, casas o dinero. En el caso de las viviendas “no tienen un valor en dinero fijo”, ya que la cuota “varía de acuerdo a la industria de construcción”.
Por ejemplo, “en un plan 300 cuotas para una casa de 2 dormitorios, la cuota comercial de la 1 a la 5 es de 2500 pesos, y baja luego a 1800, pero es variable”, explicó la empleada.
“En el plan 300, es el monto equivalente al 3 por mil del Valor Nominal suscripto”, por ejemplo 600 mil pesos, que es el valor nominal de la casa más barata que figura en la página web, aunque aquí ofrecían una de 360 mil, “más el 10 % de recargo por cobranza”.
Consultada respecto de lo que ofrecían los asesores que hablaron con los vecinos sampedrinos, dijo que “esa información no es correcta, las cuotas son variables de acuerdo al producto”.
De la misma manera, señaló que no es necesario tener recibo de sueldo o tarjeta de crédito para acceder al plan de capitalización, así como tampoco hay restricción por tener cuenta sueldo o tarjeta en tal o cual banco.
Además, las cuotas se pagan en bocas de pago rápido y no son obligatorias. “El abono es voluntario, si no abona no participa del sorteo”, explicó. Los contratos establecen que quien no pague tres cuotas seguidas o seis alternadas pierde su suscripción.
Tras pagar el derecho de ingreso y la primera cuota, el suscriptor está en condiciones de participar del sorteo con el número que le asignan. Si sale beneficiado, aseguran, deja de pagar y se lleva el auto o la vivienda. Eso sí, al cabo de las 300 cuotas quien no tenga la suerte de haber ganado por azar, podrá reclamar el importe ahorrado sin intereses y al valor del día de la suscripción del contrato.