A pesar de los esfuerzos de los empleados de la sede de PAMI local, de la llegada de la computadora y otros elementos imprescindibles para su labor, obtenidos por las gestiones del Grupo de Jubilados Autoconvocados, ayudados por el impulso de sus conexiones “arriba”, los afiliados, jubilados y casi todos mayores de setenta años, siguen peregrinando por la autorización y posterior realización de estudios de alta y mediana complejidad. Nada ha cambiado a pesar de los reclamos públicos, las consecuencias irreversibles para muchos casos y las plegarias de los familiares. Quiza el alejamiento de Graciela Ocaña permita a nuestros abuelos ser merecedores de una atención médica ágil y eficiente… Sobre todo cuando el tiempo apremia.
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