Para quienes piensan con el corazón
Cuando tengan un trozo de carne en tu plato, piensa en un animal vivo, retozando alegremente en los campos, acompañado por sus hermanos, quizás su madre o sus hijitos, y que sorpresivamente vio tronchada su alegre vida por la gula sanguinaria del caníbal de animales: el ser humano. Rubén D. Liljesthröm.