Paso a paso, así fue el asalto del caso Lorido, en el que están acusados Mangacho y el bombero Alves
El móvil de Sin Galera recorrió el sábado el campo ubicado en el kilómetro 8,5 de la ruta 191. Claudia Lorido, la víctima, reconstruyó el caso desde el momento en el que bajaron de un auto cuatro personas armadas hasta el tiroteo con la policía que permitió detener a tres de ellos. El asalto ocurrió el 4 de enero pasado.
A casi tres meses del asalto que sufrió Claudia Lorido en su casa ubicada en el campo, en el km 8,5 de la ruta 191, el móvil de Sin Galera llegó este sábado para reconstruir junto a ella paso a paso cómo fue el hecho delictivo del que fue víctima.
Por el caso hay cuatro imputados, tres de ellos detenidos y uno, Sergio “Mangacho” Campodónico, excarcelado con arresto domiciliario. El exbombero sampedrino Walter Alves, de 45 años, y Matías David Barrionuevo, de 22 y Leandro Acosta Short, de 26, ambos oriundos de la localidad de Pilar, tienen prisión preventiva.
Todo comenzó en la tranquera. Allí, a pocos metros, Claudia Lorido charlaba con un vecino cuando un automóvil paró. Cuatro personas, vestidas “como de policías”, bajaron del coche. Cuando ella se acercó, la abrazaron, la apuntaron con el arma y le pidieron que entrara a la casa.

“Me pedían los dólares”, dijo Lorido. No sabía de qué le hablaban. Los delincuentes aseguraban que su marido había comprado moneda extranjera y que la tenía en la casa. El dato no era cierto, pero alguien se los había dado, porque insistían con ello.
Claudia Lorido guio a La Opinión por el campo, detrás del galpón, en la parte trasera de la vivienda, por donde llegó la policía y sorprendió a los delincuentes. Uno de ellos salió por una puerta que da a la parrilla y vio que había efectivos policiales. “Disparemos que estamos rodeados”, contó la víctima que les dijo a sus cómplices.
El jefe del Destacamento de Policía de Santa Lucía, Marcos Lezcano, había pasado por el lugar y notó algo raro. Se volvió para pasar nuevamente y sus sospechas crecieron. Él llamó a la Comisaría y rápidamente llegaron refuerzos, rodearon la casa e intervinieron.
En medio del campo, en una zona donde la familia cultiva zapallos, ocurrió el tiroteo. Los delincuentes intentaban huir y para ello dispararon. Fueron “más de 40 tiros”, recordó Claudia. Cercados por la policía, sólo uno de ellos pudo escapar de la escena. El resto fue apresado y puesto a disposición de la Justicia.

Casi un mes después, la investigación permitió establecer con elementos probatorios suficientes que el cuarto delincuente era Sergio “Mangacho” Campodónico, a quien detuvieron en La Tosquera, barrio donde reside y donde cumplía arresto domiciliario por un caso de piratería del asfalto en el que está involucrado.
Campodónico fue excarcelado y volvió a su domicilio porque sus abogados, dos rosarinos que supieron representar a integrantes de la banda Los Monos, lograron que el Juzgado le otorgara nuevamente el beneficio de arresto domiciliario sobre cuya revocatoria debe expedirse ahora otro juez.
Desde que ocurrió el asalto, la familia guarda ciertos recaudos que antes no tenía. El temor de volver a ser víctimas de un hecho delictivo persiste y los acompaña en la cotidianeidad, a pesar de que intentan llevar adelante sus vidas más allá del momento terrible que les tocó vivir.
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