Pastas, pescado y lácteos para todos: la red de precios justos que suena a “injustos” para el comercio local
Periódicamente llegan los camiones que comercializan productos que promociona el Gobierno provincial y se instalan a competir con los comerciantes que a diario la pelean para sostenerse. Lo insólito es que sea el Estado quien utiliza sus impuestos para promocionar estas ventas.
La presencia de los camiones de la Red de Precios Justos, que vienen con mercadería a cargo de proveedores seleccionados y habilitados por el Gobierno Pprovincial, fueron, son y seguirán siendo un punto polémico.
Es que sólo le sacan provecho pocos consumidores, que en muchos casos deben trasladarse hasta el centro para acceder a ofertas que han llegado a incluir hasta packs de Coca Cola.
Del otro lado están los comerciantes, los que elaboran con gran esfuerzo productos idénticos y que cada mes afrontan los compromisos tributarios para sostener un negocio.
Si no es la inflación, donde se convierten en malabaristas de las monedas, es la recesión. La ciclotímica economía argentina es que lo que convoca a un desafío constante a quienes están de un lado del mostrador.
Y como si fuese poco, de la mano del Gobierno llega el camión con mercadería desde distintos puntos de la provincia, sin que medien controles cómo los que se le practican a los proveedores de los comercios locales. Tras la última visita, los comentarios en las redes sociales se multiplicaron.
“Muy bueno para los comerciantes locales, que no saben cómo hacer para pagar las ‘tres empanadas’ que aumentaron las tasas municipales”, comentó un lector de La Opinión.
En el caso de Danilo, “seguramente es mercadería de segundas marcas, típico de un gobierno peronista”, y para Mirta, no es nada más que “otro curro”.
Si bien muchos efectuaron otras consideraciones, en su mayoría vinculadas a la ideología, otros apuntaron a las gestiones de los últimos años en el país.
Así sucedió con Hugo, que a su entender “es el reflejo que dejaron los políticos durante 40 años de democracia. Hace 20 años que hay planes sociales, en vez de trabajo. Así ningún empresario quiere invertir en Argentina, por la corrupción tanto política como sindical”.
Las Tasas Municipales (ahora con las “tres empanadas” de aumento), Ingresos Brutos que Axel Kicillof cobra por “docenas y docenas de empanadas”, y el Monotributo o Impuesto a las Ganancias más el IVA, dependiendo de la condición como contribuyente ante el “ARCA de Milei”, es lo que conspira contra el pequeñísimo y hasta el mediano comerciante sin olvidar lo que cuesta sostener un empleado.
Y como si esto fuera poco, el Estado provincial le combate las ventas con los camiones de lácteos, pastas, pescados y otras mercaderías.
A esta altura, para todo emprendedor no importa donde se ubican. Es competencia en el centro, los barrios o en las localidades, sin distinción.
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