El miércoles, Graciela Palomino, dueña del campo se incendió el martes en Río Tala viajó a San Pedro para radicar la dneuncia en fiscalía contra el delegado municipal, Walter Díaz.

“El señor delegado municipal le reconoció a mi hermana que él había dado la orden para que prendan fuego, conmigo no, me dijeron que no estaba. Cómo se le ocurre que manden a prender fuego algo con unos vientos de 25 o 30 km/h en un campo que tiene un rastrojo de sorgo para abonar la tierra, con tantos días de sequía en la zona. Me parece una actitud totalmente temeraria”, aseveró Palomino.

Al menos tres unidades de Bomberos trabajaron esa mañana luego de que se descontrolara el fuego, porque la acción del viento llevó las llamas hacia la zona cercana al casco de la estancia y había riesgo para la vivienda.

En tanto, Palomino explicó sobre el cañaveral que los “municipales querían limpiar”: “El cañaveral que está en el límite de mi campo, sobre la calle Marelli. El campo tiene zonas más altas y más bajas, ese cañaveral evite que se lave el campo porque tiene caída para ahí, es una barrera de contención”.

La queja de un vecino, que había precisado que ese lugar era utilizado por malvivientes para esconderse, habría originado la acción de la delegación. “Desde que tengo uso de razón hay un cerco de cañas por ese motivo”, señaló la mujer.

Graciela Palomino junto a su hermana es propietaria del campo, lindero con el establecimiento turístico Los Abraham, que pertenece a su primo, Luis Galavanesky.

“Considero que corresponde hacer una denuncia y si tiene actitudes tan temerarias no debería estar en un cargo público. No sé ni quién es, jamás viví en San Pedro, ese campo lo heredó mi madre de su padre, lo recibimos con mi hermana por herencia, lo amamos, somos ciudadanas sampedrinas por opción, pero no lo conozco a este hombre”, aseguró por último.