Rock Solidario: una “apuesta por el rocanrol” que puso a San Pedro otra vez como destino rockero
Miles de turistas llegaron a la ciudad para disfrutar de las dos jornadas en el Paseo Público. Con una organización más ajustada que en ediciones anteriores pero también con varios aspectos por mejorar, el festival dejó la sensación de que la ciudad puede volver a consolidarse como punto de encuentro rockero.
La octava edición del festival Rock Solidario San Pedro dejó este fin de semana la sensación de que, finalmente, la ciudad podía consolidarse como punto de referencia rockero y que sólo había que trabajar con constancia para ello.
La multitud que pasó por el Paseo Público durante sábado y domingo, la calidad de lo que se escuchó arriba del escenario y la bastante bien controlada concurrencia, más allá de algunos disturbios, lo demuestran.

Miles de turistas, sobre todo del conurbano bonaerense, llegaron en autos, combis, camionetas y hasta colectivos organizados especialmente para participar de una fiesta que este año asumió una “apuesta por el rocanrol” superadora a la de ediciones anteriores: además de las clásicas bandas tributo, la organización se animó a sumar dos cabezas de cartel de renombre, una para cada día.
Así, el sábado no paraban de llegar desde el Gran Buenos Aires “rolingas” fanáticos de La 25, uno de los íconos del rock stone en el país, para ver al mítico líder Mauricio “Junior” Lescano al frente de su nueva banda, Caras Extrañas. Cuando subieron al escenario, alrededor de las 2.00 de la madrugada, el Paseo Público explotaba de gente.

A pesar de ser domingo y muy tarde, algo similar ocurrió el segundo día cuando pasadas las 23.00 los exintegrantes de Viejas Locas Fachi y Abel, bajista y baterista del grupo que en los 90 catapultó a la fama a Pity Álvarez, pusieron en marcha el último show del festival tras el celebrado set de Pacto de los Hotentotes, reconocida banda tributo a Los Redondos.
Cada jornada comenzó muy temprano y terminó tarde. Con bandas invitadas a un escenario menor instalado frente a la cantina y los números principales en el mayor cuando ya entraba la noche, hubo música durante todo el fin de semana.

El festival que nació como una aventura de amigos que querían escuchar a las bandas tributo de sus grupos favoritos creció año a año desde las primeras ediciones en el Vía Crucis hasta su traslado al Paseo Público y con transmisión por FM, a través de Estilo 93.3, incluida.
El aporte de la Municipalidad, que se sumó a acompañar con mayor presencia la iniciativa, fue fundamental para que la organización alcanzara un nivel acorde a lo que pasó este fin de semana: la presencia de miles de personas, shows sin demoras entre banda y banda, sonido y backline adecuados, bebida y comida suficiente en la cantina prácticamente hasta el final.

Luego, claro, quedan aspectos para mejorar como la distribución de gente durmiendo en el Paseo Público, los sanitarios cerrados antes de que finalice el último show, la falta de baños químicos, la presencia de cantinas extraoficiales que costó mucho controlar, entre otros puntos.
También, por supuesto, el comportamiento de algunos que a veces resalta por las consecuencias que tiene para el resto de la comunidad y que nunca falta: algunas peleas y disturbios, al menos un internado por consumo de alcohol y drogas; y la consabida “preocupación” de quienes ven muchas “caras extrañas”.

La fiesta rockera pasó. Mientras la cuadrilla de Parques y Jardines a cargo de Pocho Giuliani se dedicaba a limpiar el Paseo Público este lunes, en la organización comenzó a crecer el entusiasmo para el año que viene, porque la experiencia fue buena, aunque siempre hay cosas para mejorar y para aceitar.
La presencia de miles de personas los pone ahora frente a una responsabilidad mayor para lo que será la próxima edición. “Volvamos a casa con cuidado, después haber disfrutado esto, loco”, le dijo Fachi de Viejas Locas al público antes de tocar las últimas canciones.

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