Ruta 1001: parecía que iluminaban la obra, pero la señalización reglamentaria sigue ausente
Los tambores que señalizan la obra tienen una cinta amarilla y un farol que se ajustan a las obligaciones que tiene la constructora, pero las cintas no son reflectivas ni los faroles se encienden de noche, por lo que persiste el peligro al transitar por la zona.
Todo indicaba que la empresa Iarsa, responsable de la obra de repavimentación de ruta 1001, comenzaba a cumplir con la normativa de tránsito para las obras viales.
En los últimos días pudo apreciarse que los tambores de 200 litros que señalizan el sector donde se cumplen los trabajos aparecían adecuados a lo que indica la Ley 24.449. Sin embargo, por ahora sólo es una “puesta en escena”.
La semana pasada, una camioneta Ford EcoSport embistió, en el medio de la noche, uno de estos tambores. El lugar fue, precisamente, donde la colocación de la nueva carpeta se había completado y se iniciaba la parte más compleja, donde las máquinas ya habían procedido al fresado.
La razón fue simple: la “precaria —o pésima—señalización”, que la empresa constructora implementó no era la reglamentaria y para toda aquella persona que circulaba por allí revestía peligro.
Y así ocurrió: el conductor de la camioneta no advirtió la presencia del tambor y lo chocó.
El fin de semana aparecieron cintas amarillas que resaltan sobre el tambor de color naranja, pero no son reflectivas, y faroles de iluminación se ven de día pero de noche no funcionan.
Un automovilista que circulaba por el lugar expresó, con razón, su queja: “¿Cómo no van a poner a alguien que haga extra, ya que tantas extras hay en el Municipio? Por lo menos pongan a regar el fin de semana. Los turistas entran y salen por este camino. Y nosotros también usamos siempre. No se ven ni las manos. Y los tachos, todos sin iluminar, y se los chocan”.
Para Iarsa es obligatorio. No existe discusión ni grises sobre su responsabilidad. Porque la señalización vertical y horizontal, que incluye las luminosas, están perfectamente descriptas en las normativas.
Los materiales deben ser reflectivos de alto brillo y también la ley es precisa respecto de la existencia de los dispositivos luminosos.
“Es una vergüenza esto. Y, aparte, los autos van a fondo. Una locura total. Ni un control hay. Nada de nada”, concluyó una persona que el domingo por la noche tomó la fotografía que ilustra está página, para refrendar su testimonio.
Por estas horas los tambores están ubicados en la zona del denominado “Bajo de Murano”, donde media calzada fue levantada totalmente, y en algunos sectores se le ha practicado una nueva base de tosca, cal y escoria, para finalmente aplicar el asfalto.
Mientras tanto, es cuestión de “rezar” para que nada grave suceda. Porque parece que nadie está enterado o se hace cargo de que “la señalización de los trabajos en ejecución es la función principal lograr el desplazamiento de vehículos y personas de manera segura y cómoda, evitando riesgos de accidentes y demoras innecesarias”.
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