Ruta 1001: transitar esquivando baches y grietas para llegar al tramo pavimentado con ondulaciones es una aventura
El lunes con banderines y conos, algunos operarios de la empresa controlaban el tránsito entre movimientos de tierra sobre las banquinas. Dos máquinas operativas y el trabajo sin terminar disparan las preguntas sobre la obra pública que mantiene a la ciudad con su acceso principal intransitable y la ruta 191 como alternativa. Hay dudas sobre el dinero para costear el tramo que falta.
Una máquina fresadora, de menor tamaño a la que se venía utilizando, y una pata de cabra, eran las dos maquinarias que se observaron operando en la ruta 1001, en proximidades del Bajo de Murano, en la mañana de este lunes.
Una tarea de remoción y emparejado de tierra en el sector que oficia de banquina, era la única y poco onerosa tarea que realizaba la empresa contratada por el gobierno para repavimentar el acceso principal a la ciudad. Las sospechas de demoras se acentúan día a día y el desmantelamiento del obrador de Río Tala, acrecentó las dudas.
Los trabajos se retomaron después de varios días, coincidentes con las fiestas de fin de año, en el mismo lugar donde estuvieron operando hasta noviembre del año pasado, sin que medien más explicaciones que las brindadas desde Obras Públicas “están limpiando y haciendo tareas de mantenimiento” a las máquinas.
Para quienes la transitan a diario la percepción es clara: la obra no avanza al ritmo que se necesita ni al que se prometió cuando comenzaron las tareas. Hubo demoras, calidad dudosa y control escaso de cumplimiento para la construcción de desvíos adecuados y señalización obligatoria.
El deterioro de la calzada se aprecia saliendo de San Pedro, con lugares muy peligrosos desde Juan B. Justo hacia Sarmiento, desde Sarmiento a Crucero General Belgrano; desde esa rotonda hasta el corralón de De Francesco y de allí en más -la imaginación no puede tanto- la realidad de una ruta bonaerense que se extiende con toda su historia de desfalcos hasta la vieja quinta devenida hoy en un proyecto de Parque Agroindustrial.
Una verdadera muestra de todas las gestiones que desde Scioli a Kicillof mostraron cuánto peor se puede ejecutar la obra pública.
La ruta es intransitable. Baches, parches, desniveles y hasta la zona que ya está concluida, presenta ondulaciones, de acuerdo al reporte obtenido cuando circulamos por la ruta provincial.
Por ahora, lo que se sabe es que IARSA es la encargada de la pavimentación de 20 cuadras en un sector de la ciudad, que incluye la zona de las calles Rojas, entre Chivilcoy y Rómulo Naón y que sería muy raro que traiga más máquinas.
Acaso la pregunta más incómoda esté en saber si “no hay plata” cómo van a terminar el acceso que ahorra varios kilómetros a turistas, sampedrinos y empresas que necesitan dejar de romper sus vehículos o ponerse en riesgo por el deplorable estado de una ruta.
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