Nombres, sobrenombres, apodos de chicas y chicos sampedrinos que no encontraron la manera de sobrevivir a sus problemas quedaron impresos en el mural de mosaiquismo que se replica ahora en tres ciudades. Fue el impulso de Luciana Baca y la entrega sin condicionamiento del taller de Mariana Maroli los que lograron visibilizar la problemática que con nuevas modalidades aborda la ONG EmpeSares.
El Club Atlético Mitre generó el espacio para el emplazamiento de esta obra que comenzó hace pocos días y que desde esta mañana con la marca del duelo más difícil de sobrellevar, comenzó a recortarse en el muro de calle Ruíz Moreno y Rivadavia.
Quienes llegaron al lugar con un mate o una simple compañía saben que sobre los andamios andaban los abrazos y los amores que con pedidos concretos para la asistencia en salud mental y capacitación de profesionales intenta abrirse camino en un año en el que resulta difícil abrir caminos por el alto índice de intentos y consumaciones de suicidios que muestra la estadística local. Hay debates, opiniones, propuestas y hasta críticas despiadadamente silenciosas pero una sola voluntad suprema a la hora de llamar la atención sobre las falencias de la legislación y el tratamiento de pacientes psiquiátricos.
Así fue el momento en el que pudieron descubrir el corazón gigante con el estrecho abrazo de manos entrelazadas entre los nombres de quienes ya no están.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión