San Pedro sin RIGI: solo Dios sabe qué nos depara el futuro para generar trabajo e inversiones
El Concejo Deliberante rechazó por mayoría la adhesión al mejor incentivo para los privados. Mientras tanto, en la zona comienzan a surgir alternativas en ciudades vecinas y Sidersa es el ejemplo. La paradoja aquí es que el puerto buscar inversores y ahora carece de la mejor herramienta existente para tentarlos con beneficios fiscales.
Hace pocas semanas una decisión del Concejo Deliberante, rechazó la adhesión al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). La resolución pasó desapercibida para la gran mayoría de la población.
San Pedro se convirtió en el primer municipio en rechazar una ley que fue creada con la sola finalidad de estimular a las grandes empresas que buscan radicar sus industrias.
Qué sucedería si aparece Arcor nuevamente con una mega inversión portuaria o una ampliación de su planta, o alguna otra industria -siempre que el gobernador Axel Kicillof cumpla la promesa de proveernos de más energía-, para un San Pedro magro en fuentes laborales y sin un futuro venturoso en las circunstancias actuales.
Bastará con mirar en las proximidades y entender porque en una ciudad industrial como San Nicolás, una de sus puntales, Sidersa, invertirá 300 millones de dólares para fabricar el acero que actualmente se importa, con créditos internacionales obtenidos tras la sanción del RIGI.

Sidersa llevará a cabo una expansión que no registra antecedentes, con la última tecnología a nivel mundial, que hará alcanzar una reducción en las emisiones de CO2, logrando apenas un tercio de los sistemas convencionales
Los resultados no solo serán más divisas para el país, sino sumar 300 empleados directos (ya cuenta con 600) y 3.500 puestos de manera indirecta a los 7.000 existentes.
San Nicolás no rechazó el RIGI. Río Negro tampoco y se llevó la planta de Gas Natural Licuado (GNL) que demandará 30 mil millones de dólares (lo que da el campo argentino en un año) aunque ahora está en dudas si la empresa desembolsará el dinero.
Para esto hubo incentivación, de la buena, de la que debe haber por parte del Estado: beneficios tributarios y aduaneros por 30 años, entre otros. También la reducción del Impuesto a las Ganancias al 25%, privilegios en el IVA y otros impuestos.
El RIGI, nacido con la Ley de Bases y Puntos de Partida para Libertad de los Argentinos, ofrece estímulos para toda inversión superior a los 200 millones de dólares.
La promoción del desarrollo económico y el aumento de las exportaciones es el objetivo, alternativa productiva que, indudablemente, genera la creación de empleo.
La capacidad de adaptación a las reglas es esencial para el crecimiento. Cerrarse por cuestiones políticas, que en muchas ocasiones no son ideológicas, puede llevar a posturas que resultan desaciertos significativos. Puede ser un “caprichito” que luego cuesta caro.

Si bien la votación fue pareja (el oficialismo salazarista impuso su mayoría), limitaron una herramienta para el desarrollo de soluciones a los problemas presentes. ¿Sabrán que días atrás el titular del Consorcio de Gestión del Puerto de San Pedro, Carlos Casini, fue a “vender” la estación fluvial a los inversores privados?
Estas posturas cerradas pueden tener implicancias negativas en el futuro. La historia en San Pedro ha demostrado que, quienes se niegan a adaptarse a las nuevas realidades, terminan haciendo pagar las consecuencias de sus decisiones a los ciudadanos.
La evolución de los tiempos presenta oportunidades que no abundan, y no sumarse es constituirse en un obstáculo, el de impedir cuando el único argumento es “me opongo porque me opongo”.
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