San Pedro tuvo un fin de semana turístico "como los de antes", que trajo alivio a la economía local
La ciudad recibió a miles de visitantes que marcaron un récord de asistencia para el Festival de Música Country. Fue una demostración más de lo que implican económicamente estos eventos.
El San Pedro Country Music Festival ha sido un ejemplo contundente de la implicancia de los eventos con gran aforo turístico.
Durante el fin de semana se vivió un retorno gratificante de lo vivido hace tiempo. Al inusual movimiento en las calles céntricas, los espacios gastronómicos se vieron cubiertos por quienes vinieron a disfrutar del singular espectáculo.
Bares, pizzerías, restaurantes y heladerías daban cuenta de la implicancia. Pretender estacionar en las calles céntricas era casi imposible y a ello se sumó la presencia de motos de alta cilindrada una particularidad, como el baile country en la peatonal.
Para la economía local fue un alivio solo temporario. En esto también se incluye al sector hotelero, a quienes aportaron una habitación en alguna casa de familia y a todos los que conforman un conjunto cuando de la actividad se habla.
“El turismo es trabajo para todos”, fue un slogan de entonces. Pero para lograrlo resultó necesario crear sin inventar demasiado. En su momento se sabía que una agenda de espectáculos a distribuir durante el año era el punto de partida.
Y que detrás de cada uno de estos se genere una promoción contundente con llegada a los grandes medios nacionales, y la presencia en sitios estratégicos de la Capital Federal, con los recursos de un fondo específico en las arcas del Municipio, para distribuir un folleto o aquello que nos identifica.
Así se fue armando el calendario con la Fiesta de la Ensaimada y la Quema del Demonio con la celebración de San Juan, el San Pedro Rock, la Fiesta de las Colectividades, Viva El Río que atravesó diferentes gestiones y se utilizó como lanzamiento de la temporada estival, Semana Santa, la llegada de Expoagro a la zona y el aporte de Gustavo Laurino con el inusitado Festival de Música Country, entre otros. En los últimos años la Fiesta de la Batata y la Fiesta de la Naranja, y la siempre vigente Fiesta del Durazno.
El impulso fue notorio y generó una demanda, palpable cuando las ciudades vecinas era beneficiarias directas ante la falta de plazas de alojamiento. Luego llegó el resultado esperado: hubo quienes vieron que era factible captar la oferta invirtiendo cifras millonarias en dólares en infraestructura. Y desde el Estado beneficios sobre tributos municipales y la mejora de los espacios públicos y accesos.
Esto cambió la fisonomía económica de San Pedro. La soja remplazó a los montes frutales, algunos cultivos quedaron relegados, y sobre el sustento del turismo y el comercio, los servicios generaron la transformación. Hasta el 2012, se habían creado 2.200 puestos de trabajo, medición oficial de entonces.
Si bien en algunos años el impulso turístico depende de los avatares de la economía, como el valor del dólar y el bolsillo de los argentinos, la actividad en estos años dista bastante de otras épocas.
La mayoría de los eventos están arraigados y representan a San Pedro. Tal vez no sea necesario aumentarlos, pero sí abrir la llegada de otros, de esos esporádicos que realizan aportes significativos. No olvidemos que pasó La Renga -en dos ocasiones- y el Mastai, de una masividad incomparable.
Lo fácilmente visible durante el fin de semana pasado es una señal clara de la necesidad de refundar las políticas turísticas, con la sola finalidad de gestar una reinvención del “sector servicios”.
A la falta de alternativas de desarrollo, con un estancamiento perceptible, pese a estar lejos de su verdadera dimensión la “industria del turismo” sigue siendo parte del sostén de una economía.
Y aquí es donde el Estado Municipal debe profundizar su rol. Es momento de que lo vivido se encamine hacia una planificación estratégica con la participación de todos los sectores que conforman la actividad.
Es necesario no caer en el letargo. En San Pedro las oportunidades no abundan, más bien escasean.
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