Santa Lucía: la madre de Rodrigo Paz aseguró que su hijo “consumía, pero no vendía drogas”
María relató qué sucedió durante las horas previas al momento en que su hijo fue ultimado a balazos en pleno centro de la localidad. Ante las versiones de "dos bandos enfrentados por la venta de drogas", aseguró que Rodrigo no estaba involucrado.
La localidad de Santa Lucía está conmocionada desde que el sábado al mediodía, en pleno centro del pueblo, un joven de 23 años identificado como Rodrigo Paz fue asesinado a balazos por Enzo Cejas, de 30, miembro de una familia a la que denominan “Los Rosarinos”.
Este lunes, en el marco del ciclo Radio Cuarentena, la madre de Rodrigo Paz, María, dialogó con La Opinión para repasara los momentos previos al crimen y referirse a la presunta rivalidad de su hijo con los rosarinos respecto de la venta de estupefacientes.
María aseguró que su hijo era consumidor de drogas pero que “no vendía” y que espera “que la Justicia” investigue.
La mujer reveló que Rodrigo Paz y Enzo Cejas comenzaron a tener problemas tras una discusión que mantuvieron en un un cumpleaños en 2019. Hubo una discusión y un enfrentamiento “a las trompadas”. “Ahí empezó todo. Mi hijo tenia que andar disparando cuando lo veía porque ellos donde estaban lo buscaban, si lo veían en la calle le gritaban cosas”, contó.
María sabe que en el pueblo se comenta que la disputa entre ambos podría estar vinculada a cuestiones relacionadas con la venta de drogas. “Siempre se dijo eso. Rodrigo consumía cosas pero nunca anduvo vendiendo”, sostuvo.
“Yo quisiera cuando vengan a mi casa a que vean que él no tiene nada. Él iba a trabajar, a cargar pollos. Mi hijo fumaba, pero no sé a quien le compraba. Rodrigo consumía, yo no voy a decir que no. Pero no vendía. Jamás vendía. Que haya consumido no quiere decir que era un vendedor”, aseguró.
Desde que tuvieron aquella pelea, contó María, cada vez que se cruzaba con el rosarino, Rodrigo tenía que escapar porque lo amenazaban con armas.
“Ellos son así, andan con armas, intimidan al pueblo. Han lastimado a varios chicos, pero nadie hace nada”, dijo.
En enero, La Opinión contó una situación que protagonizaron “los rosarinos”, en la que los vecinos de la localidad advirtieron que desde que esa familia se afincó en Santa Lucía desde Rosario los hechos de violencia que protagonizaron fueron muchos.
María reveló que del hecho hay varios testigos, aunque no los conoce. La Opinión reconstruyó el asesinato el mismo sábado, con testimonios de personas que presenciaron el momento del crimen, ocurrido antes de las 12.00 en avenida O’Farrell al 400, frente al club Central Córdoba.
“Él estaba sentado en el club con un amigo y el hermano, tomando una cerveza, y habían pedido dos sandwiches”, contó María.
Rodrigo había venido a San Pedro el viernes por la noche, junto a unos amigos. Por alguna situación que provocó desavenencias entre ellos, él se volvió a dedo, alrededor de las 7 de la mañana del sábado.
“No sé dónde habrán estado en San Pedro, sé que estuvieron en la casa de mi hija a la última hora, como a las 4 de la mañana, habían estado un rato. Después se enojaron, no sé por qué tema, uno con el otro, habían estado tomando. Él se enojó, se abrió y se fue solo para otro lado. Cuando sus amigos salieron para subirse al auto y buscarlo para traerlo, dieron una vuelta, no lo encontraron y se vinieron”, relató.
A las 8.00 de la mañana, María se había ido a trabajar al campo. Antes de salir habló con “el colombiano”, un vecino que había salido con su hijo, quien le dijo que se había quedado en San Pedro. Ella se quedó tranquila, puesto que pensó que el joven estaría en la casa de su hermana.
Pero Rodrigo se había vuelto a dedo a Santa Lucía. Cuando llegó a su casa, se subió al Ford Falcon en el que había ido a San Pedro el viernes y junto a su hermano y un amigo, “Pupi”, fueron al club. Allí estaban cuando pasó en un Renault Clio Enzo Cejas y le descerrajó dos disparos de arma de fuego.
No hubo discusión previa. Cejas pasó en el auto y vio a Paz. Lo señaló y dio la vuelta a la manzana. Cuando volvió a pasar frente al club, bajó el vidrio de la ventanilla y disparó a quemarropa. Luego huyó. Iba acompañado de su novia, una joven de 16 años. Fue detenido más tarde en Pergamino, cuando intentaba escapar por esa zona rumbo a Rosario.
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