Este jueves, alrededor de las 14.00, La Opinión transmitió en vivo desde la clínica privada San Pedro porque el hijo de una paciente internada con coronavirus COVID-19 protagonizó un conflicto cuando exigió atención para su madre y denunció que en ese sanatorio no hay médicos y no dan partes sobre los internados.

El relato de ese hijo provocó que otro, cuyo padre falleció por la madrugada, relate lo que les pasó como familia porque el miércoles ellos protagonizaron una situación similiar que no trascendió pero que tuvo un desenlace irreversible.

A las 01.00 de este jueves Juan Carlos Ortega, camionero jubilado que trabajaba como remisero, falleció a los 73 años en la clínica San Pedro, donde estuvo internado 26 días.

Su nombre todavía no forma parte de la estadísticas oficiales porque, como sucedió en los últimos días, la clínica San Pedro demora en remitir los certificados de defunción al sistema público para que pueda remitir oficialmente el deceso.

“Estuvo 26 días internado. Cuando necesitaron la cama de COVID la pasaron al área limpia, el jueves pasado”, contó Gustavo, uno de los hijos de Juan Carlos Ortega a La Opinión. “Desde entonces comenzó la agonía y nos informaron que ya no había nada para hacer”, relató. Este jueves, a las 11.00, lo sepultaron en el cementerio local.

“Tenía el 80 por ciento de los pulmones con fibrosis”, relató el hijo de Ortega. El miércoles, la familia protagonizó un conflicto similar al de este jueves porque no había quien atendiera al paciente. “A las 13.00 no podía respirar, llamamos al médico de guardia y vino recién a las 15.00, porque se había ido a almorzar”, contó.

Tras el conflicto, que provocó hasta la intervención policial porque los ánimos se caldearon, la familia denunció la situación ante PAMI. “Nos dijeron que Tomasiello hace cuatro días que no atiende el teléfono”, aseguraron.

El relato de la familia Corvalán en la puerta de la clínica San Pedro. “Dejan pasar a la gente al área COVID porque ellos no los pueden atender”, dijo el hijo de Juan Carlos Ortega. La pareja del hombre iba a diario a atenderlo, porque, como repiten los testimonios recogidos por este medio, “no hay médicos”.

“No hay bidones de agua, no hay comida, el domingo se les cortó el oxígeno central y nadie sabía cómo sacarlo”, contaron. “El hijo de la mujer de mi papá, que se dedica a arreglar calderas y esas cosas, lo solucionó”, aseguró Gustavo Ortega.

A Juan Carlos Ortega lo pasaron al “área límpia” el jueves de la semana pasada. Cuando eso ocurrió, la familia decidió convocar a un médico neumonólogo particular para que vea al paciente. “Nos dijo que le hicieron una mala práxis, que le dieron medicación que no correspondía”, aseguró Gustavo.

“Le habían hecho una tomografía y no le daban el resultado, pasaron varios días y no sabían que le habían hecho ese estudio”, se quejó.

Juan Carlos Ortega era un conocido chofer jubilado. Camionero, conductor de colectivos, a los 73 años todavía trabajaba. Era remisero, porque como todavía tiene un hijo en la facultad, que estudiaba en Rosario pero se tuvo que cambiar a una privada en San Pedro para abaratar costos, y para mantener la familia la jubilación no alcanzaba.

Estuvo 26 días internado en la clínica San Pedro y falleció. Su hijo Gustavo, reconocido músico, productor artístico y operador de sonido, el año pasado estuvo en el mismo sanatorio con coronavirus COVID-19, pero como bien señaló, el panorama era otro: “Yo estuve siete días internado el año pasado, con coronavirus. Sayago y Schiaffino me salvaron la vida. Pero se fueron y así está la clínica San Pedro ahora”, reflexionó.