Semana de la Juventud: a 30 años de un encuentro que sigue inspirando
Recordamos los inicios de este evento que comenzó como un proyecto conjunto entre el Instituto O'Farrell, la Municipalidad de San Pedro y la parroquia de Santa Lucía
El pasado viernes, la Semana de la Juventud de Santa Lucía cerró su trigésima edición, consolidándose como una tradición esperada por generaciones de jóvenes y un espacio de encuentro para la comunidad.
Este evento, que comenzó como un proyecto conjunto entre el Instituto O'Farrell, la Secretaría de la Juventud de la Municipalidad de San Pedro y la parroquia de Santa Lucía, ha crecido en alcance y significado desde su primera edición en octubre de 1994.
La Semana de la Juventud surgió con la intención de crear un espacio dedicado a los jóvenes de la localidad, abordando temas de relevancia social y personal, desde el cuidado de la salud hasta los vínculos familiares y la espiritualidad. La inauguración de aquella primera edición se destacó por un emotivo acto: las alumnas del Instituto O'Farrell realizaron una coreografía con antorchas, y se lanzaron bombas de estruendo para marcar el inicio de una semana intensa y participativa.

La primera mención de este evento en La Opinión Semanario data del miércoles 2 de noviembre de 1994. En aquel entonces, Iván y Yamila Marich junto a Andrea Manin, cronistas de Santa Lucía, publicaban una columna sobre los eventos destacados de la semana.
En esa columna, se describía cómo aquella primera edición comenzó el domingo 23 de octubre con un acto inaugural cargado de emoción. Ese acto sería el preludio de 30 años de actividades diseñadas especialmente para los jóvenes.
La columna original relataba cómo cada día de esa primera Semana de la Juventud estaba estructurado para abordar temas de gran interés para los jóvenes de la época.

Uno de los momentos más simbólicos y recordados de aquella primera edición ocurrió el jueves, en un fogón donde los participantes quemaron notas escritas previamente. Este acto, cargado de significado, representaba una catarsis colectiva y renovación, un ritual que, según relataron los cronistas, simbolizó el cierre de esa semana intensa y transformadora. Esta ceremonia, guiada por el cura Efraín Sueldo Luján, ofreció a los jóvenes una forma de expresar sus sentimientos.
Finalmente, el cierre de la semana se realizó el viernes 28 de octubre de 1994, con la entrega de premios, discursos a cargo de los representantes del Centro de Estudiantes y el padre Carlos Biagioli, y una misa final que reunió a todos los participantes en un momento de reflexión. Los cronistas concluyeron su columna destacando el impacto positivo de esta experiencia y el entusiasmo de los jóvenes.
A 30 años de aquella primera edición, la Semana de la Juventud ha evolucionado, adaptándose a los cambios sociales y tecnológicos. Valeria Camarote, actual coordinadora y ex participante, destacó en una entrevista con Lili Berardi la pasión con la que se sigue viviendo el evento:
“Es impresionante ver cómo el escenario se llena de chicos y chicas compartiendo sus expresiones artísticas. Ahora todo es instantáneo, pero el espíritu de compromiso sigue siendo el mismo”. dijo Valeria Camarote
A lo largo de los años, las charlas y talleres que integran la Semana de la Juventud han abordado temas que han apuntado a las preocupaciones de cada generación. Desde el VIH/SIDA hasta las adicciones y la salud mental.
En el primer año, por ejemplo, el Dr. Enio Locatelli ofreció una charla sobre VIH/SIDA y la jornada culminó con la proyección de Filadelfia, recordada como “un momento de reflexión profunda” para los jóvenes.
El compromiso de los adultos y docentes también ha sido fundamental para la continuidad del evento. “Creo que el secreto de esta semana está en el esfuerzo de cada profe que se involucra y en el trabajo extra que requiere”, comentó Valeria.
A pesar de los desafíos logísticos y la falta de recursos, cada edición cuenta con la participación activa de jóvenes que demuestran un “potencial impresionante”, según sus palabras.
A sus 30 años, la Semana de la Juventud continúa siendo una experiencia única en Santa Lucía, un evento que ha sabido adaptarse sin perder su esencia.
“Ojalá esta fiesta inspire a otras comunidades; lo que hacemos acá es admirable y muestra cómo es posible construir espacios de compromiso y creatividad para los jóvenes”, concluyó Valeria.
Así, la Semana de la Juventud se reafirma como un legado de Santa Lucía, un evento que se ha transformado junto a cada generación y que hoy, al cumplir 30 años, sigue inspirando a la comunidad.
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