Sentada en el Normal: “Las únicas respuestas son a largo plazo”
La convocatoria fue importante y decenas de estudiantes se quedaron entre las 7.30 y las 12.00 en la puerta del colegio, con la calle cortada por personal de Tránsito. En diálogo con Radio Cuarentena, los voceros del grupo explicaron la situación. El reclamo persiste desde el año pasado y hasta ahora, aseguraron, la única respuesta es que en el futuro se resolverá. Mientras tanto, al menos tres cursos están en lugares alternativos.
Estudiantes de la escuela secundaria 4, que funciona en el histórico edificio del Normal por la mañana, encabezaron este martes una protesta para reclamar por las condiciones edilicias en la que tienen que dictar clases ante la falta de salones para albergar a todas las divisiones.
La sentada comenzó a las 7.30, horario de ingreso a la cursada, y se mantuvo hasta las 12.00, horario de salida, con decenas de chicos y chicas en la calle, lo que provocó que se cortara la circulación vehicular en la zona por precaución.
El móvil de Radio Cuarentena estuvo en la protesta para dialogar con el grupo. Los voceros explicaron la situación y aseguraron que desde que empezaron a plantear la falta de aulas, al menos desde el año pasado, las respuestas siempre implican soluciones a largo plazo.
“Decidimos hacer la protesta en base a respuesta que no dan ninguna solución. Hace varios años que se vienen planteando a los directivos sobre mejoras en las condiciones edilicias, sin respuestas coherentes”, señaló Bautista, uno de los jóvenes que detalló los puntos de reclamo.
El estudiante informó que antes de esta sentada hubo tres asambleas por el tema. En la primera, sin que pudieran hablar de la problemática, les pidieron que organicen el centro de estudiantes. En la segunda, los directivos les anunciaron una reunión con Inspección Educativa. En la tercera, la inspectora les explicó que no es de su competencia la reforma edilicia.
“Esas fueron las únicas respuestas, que todo será en el futuro”, se quejaron. Mientras duró la sentada, sólo tuvieron un diálogo con la vicedirectora, Eugenia Leboso, quien les advirtió que estar en la calle comportaba riesgos y los invitó a pasar al colegio y cumplir la jornada escolar habitual. Se negaron y mantuvieron la protesta.

“Veremos quá pasa después de esto, qué soluciones nos dan”, dijo Bautista. El reclamo es sobre todo de estudiantes de 5º año, anteúltimo de la secundaria actual. Hacen falta al menos tres salones, informaron.
Malena, otra de las voceras del grupo, contó que su curso está dando clases “en un salón de computación, prestado, con computadoras enormes, cables pelados, zapatillas arriba de los bancos, un riesgo constante”.
Relató que el año pasado una profesora que tenía que dar clases en el Salón de Actos, compartiendo con otro curso, se negó y fueron a un aula que no estaba en condiciones, se cayó un pizarrón sobre su pierna y la quebró, tuvo que bajar la escalera a los saltos porque la camilla no pasaba por la puerta.

“Hay seis divisiones por año, nosotros propusimos provisoriamente la disposición de aulas móviles, pero la solución que nos dieron es a largo plazo, que van a construir un edificio para el jardín entonces los salones que ocupa el jardín van a quedar libres, pero eso es a largo plazo”, dijo Malena.
“Dijeron que no hay espacio para un aula móvil”, agregó Bautista. Los jóvenes coincidieron en señalar que la directora, Silvina Ojeda, les dijo que “elevaron todo” a Consejo Escolar, desde donde les confirmaron que “no recibieron nada”, tal como explicó semanas atrás a La Opinión la consejera escolar Cecilia Macchia.
“Dar clases en el Laboratorio es incómodo, las banquetas son altas, estamos en una mesada y además se quita la posibilidad de que lo usen quienes los necesitan. Además están los químicos ahí, el armario no tiene candado”, relató otro de los estudiantes.

“Estamos en salones prestados, en la Biblioteca, donde entra gente a cada rato, es todo muy incómodo, lo que estamos pidiendo es un salón propio”, agregó el joven.
Hasta ahora, además del planteo de la obra a futuro para mudar el jardín —un anuncio que se hizo tras la visita del ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk—, les dijeron que “iban a hacer un salón en la sala de profesores, que no es viable porque no entran 25 personas ahí” y que iban a “adaptar la Secretaría”, algo que tampoco ocurrió y que generó reclamos por parte de autoridades del Instituto 119, una de las seis instituciones que funciona en el edificio.
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