Sigue el silencio en la obra que lleva la leyenda del Movimiento Evita donde había obreros del Potenciar Trabajo
Ni Rita Leguizamón ni su hijo respondieron a los llamados. En Aulí y Sbert hay una obra muy importante cuyo destino es incierto. El sábado trabajaron en el predio y advirtieron que "no tienen por qué dar explicaciones".
Desde hace dos semanas La Opinión y Sin Galera consultan a los referentes del Movimiento Evita. Ni la concejal Rita Leguizamón ni su hijo, a quien todos mencionan como uno de los responsables de la administración, responden a los llamados de este medio.
La obra está parada y según refieren los vecinos del barrio, hace tiempo que los trabajadores que prestaban servicios por el plan Potenciar Trabajo no están en el lugar. Por las noches, tratan de garantizar la seguridad. El sábado 23 de marzo volvieron al predio y la propia líder del movimiento le negó a un cronista la posibilidad de referirse a la situación que atraviesan y como ha hecho en otras oportunidades se altera ante preguntas simples o curiosidades lógicas que le competen a cualquier ciudadano.
El video y las fotos fueron registrados durante la primer semana de marzo y muestran un galpón de grandes dimensiones que se construye sobre terrenos ubicados en Mateo Sbert y Aulí, una propiedad que está catastrada a nombre de un particular y que Leguizamón dice haber adquirido con fondos propios. El movimiento que a nivel nacional lidera Emilio Pérsico, quien también era funcionario del Ministerio de Desarrollo Social y fue denunciado por malversación de fondos públicos, tiene una gran cantidad de afiliados en San Pedro.

Según se supo, todos los miembros deben tributar al sostén de la organización y los reclamos por los importes adeudados a los intermediarios se reclaman como “cuotas para pagar la computadora”. Quienes refieren esa modalidad son integrantes de una organización social que se identifica con e logo del Movimiento Nuestra América. Esos son los mensajes que cruzan y que se suman a los nombres de dos coordinadoras que ya fueron denunciadas para que el gobierno nacional las de de baja del beneficio que perciben. Todo confuso y preocupante, porque este medio sólo busca saber cuál será el destino del proyecto emplazado en el corazón de un barrio en el que el trabajo no abunda. También es cierto que parte de la organización de Leguizamón no solo milita sino que ha logrado montar emprendimientos genuinos y desplegar una labor que ayuda a muchas mujeres a poder planificar su sustento.

El container de obra montado en un trailer muestra la leyenda “Salud Comunitaria Barrio x Barrio”, Movimiento Evita, Segunda Sección. En el otro lateral lleva la sigla de la UTEP, la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular que es el sindicato que nuclea a todos los excluídos de la contratación registrada y el mercado laboral formal. Las publicaciones del movimiento recorren textos y lineamientos en procura de tierra, techo y trabajo con la estrategia que para los barrios populares plantea Juan Grabois.
En este último intento de contacto que se produjo el sábado entre el cronista que llegó al lugar, Leguizamón le respondió que nada de lo que le contaba podía ser utilizado para una nota y que tampoco podía tomar imágenes. También le dijo que “no tiene por qué” dar explicaciones. Tras varias semanas de ser noticia, por la utilización de fondos públicos que se derivaron desde el Ministerio de Desarrollo Social durante los últimos años, Rita señaló que dona la mitad de su dieta de concejal al movimiento.
La Opinión aguarda que en algún momento se remita algún comunicado oficial porque no son pocas las integrantes que preguntan si deben seguir aportando o no; tampoco son pocos los que no sienten miedo o angustia porque no saben si lo que están haciendo seguirá siendo un proyecto de vida o sólo militancia.
Con este galpón sucede algo que también pasa en otras obras. No hay carteles de obra, no hay permiso municipal de construcción exhibido ni el expediente que habilita la construcción en la Circunscripción I, Sección G, Quinta 15 que en ARBA figura como baldío.
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