Sorpresa en el móvil: en un rincón de las 104 Viviendas asoma el recuerdo de Marcelo Casella
El móvil de Sin Galera llegó a casa de Beatriz, una vecina del barrio que cumplió 32 años desde su adjudicación. Allí había una foto: Marcelo, fue un destacado arquero de fútbol que pasó por varios clubes y ganó títulos. Cuando había sido convocado para jugar el Torneo Argentino tuvo un final trágico en el riacho San Pedro.
La recorrida del móvil de Sin Galera, por el barrio 104 Viviendas en ocasión de cumplirse 32 años de su inauguración, permitió dar con una de las primeras vecinas en afincarse en el lugar: Beatriz.
Ella fue gentil en mostrar orgullosamente su casa, a la que le imprimió un estilo que refleja el cuidado y mantenimiento y decoración.
Pero Beatriz también guarda un espacio para el sentimiento. Sobre una pared de tono rojizo aparece un collage de fotos de La Opinión, para que el paspartú blanco resalte sobre el tono y en este su hijo, Marcelo, con la camiseta de arquero que lo distinguió durante su carrera deportiva.
Marcelo Casella falleció el 23 de noviembre de 1997 en un accidente náutico en el riacho San Pedro. Tenía 26 años.
Beatriz, como madre, quiebra su voz y habla de él con añoranza, un joven inquieto, alegre y destacado como deportista por sus virtudes. Está contenta, en el programa también lo recuerdan.
“Fue conocido por su talento bajo los tres palos y su fuerte personalidad en la cancha, lo que le valió el apodo de ‘El Loco”, lo recordó la Opinión años atrás. “Sus inicios fueron en Paraná: sobresalió desde el fútbol infantil y las divisiones menores, liderando un equipo invencible en inferiores”, se apuntó.
Marcelo supo ganar las Olimpíadas Sampedrinas con los albirrojos, bajo la dirección de Jorge “Rattín” Manicler y Eduardo “Lalo” Zugasti. Después, pasó por Banfield, Independencia, Defensores Unidos y La Esperanza, recogiendo más títulos en muchos de ellos, como en 1991 con El Taladro, el club de Av. 11 de Septiembre y Aulí.
Su periplo hizo que regresara a Paraná en 1997, convocado por su amigo Gustavo Fortunato. Detrás había un objetivo: lograr una buena performance en el Torneo Argentino.
Pero la muerte lo sorprendió. Beatriz sabía de esto, pero más sabía del amor que su hijo profesaba por ella.
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