Tapados de humo: qué dicen los vecinos tras un fin de semana irrespirable
"Una noche terrible de humo. Así, no: llega un momento que tus ojos no dan más, me da mucha pena, ¿cuándo se termina esto?", esa y otras preguntas o reflexiones son sólo algunas de las que aquejan a la población que ya no tolera la calidad del aire que inhalamos.
El viento perjudicó durante todo el fin de semana la derivación de partículas de cenizas y olor a quemado en toda la ciudad. En un fin de semana atestado de turistas los comentarios no fueron favorables.
Los lugares de esparcimiento se vieron obligados a explicar que la información no llega a los medios nacionales y que por ese motivo muchos visitantes no están anoticiados del ecocidio que desde hace décadas perjudica los humedales del Delta del Paraná entre Zárate y Rosario.
“No para y no va a parar. Ni ayer, ni hoy, ni mañana y encima gastan amagando a apagar para dejar felices a la gilada. Hay mucho por hacer pero es equivocado el camino”, dijo un conocido guía de pesca el domingo por la tarde.
“Nada más placentero que comer amontonados y llenos de humo”, ironizó una mujer en redes sociales debajo de decenas de comentarios relacionados a la situación que obliga a la inhalación constante de aire contaminado.

Quienes padecen cuadros respiratorios son los que más se perjudican: “Nos están intoxicando con el humo de la isla”. Hubo quienes pusieron nuevamente en debate la búsqueda de culpables, la responsabilidad de los productores, pero ya no es suficiente para frenar el daño ambiental que ha hecho estragos.
“Gente, no sean ingenuos, todo esto es para seguir robándole al Estado. Infórmense, hablen con la gente que vive en la isla. Acá no hay terratenientes que quieren los campos, los mismos no son aptos para el cultivo. Hay testigos y videos que los mismos que dicen apagar los incendios son los que los originan y no es contra los brigadistas que de seguro hacen buen trabajo”, afirmó Gustavo en respuesta a quienes acusan a los productores que este año por la sequía han registrado pérdidas inéditas.

“No quieren agarrar a los que prenden fuego y mucho menos a los ideólogos responsables de estas atrocidades. Hay todos los elementos y tecnología hasta para ver la semilla que sembró en un campo y no ven y no dan con los jefes de estos que prenden fuego. La mierd*, que han comprado políticos, jueces, fiscales y todas las mierd*s del poder” disparó un indignado convencido de la teoría que se instala cada vez con más fuerza, pero que no toma en cuenta la falta de lluvias y correntada en el curso del Paraná que obligó a abrir las puertas de Itaipú para descongestionar las precipitaciones caídas en el núcleo verde de Brasil y su descendiente a Argentina.
Con mayor realidad y en pleno centro, Esmeralda comentó: “Peatonal gastronómica, la especialidad de este sábado es comida ahumada bajo las estrellas”, y envió una foto donde se ven las mesas colmadas de comensales y borrosas por el humo. Lejos del interés turístico, Néstor respondió: “Yo estoy en mi casa, no puedo respirar. Qué me importa la peatonal, ni la mar en coche”.

Estos son sólo algunos de los comentarios que preocupan de cara al resto de la temporada y por qué no decir a quienes deben velar por la salud pública y no cuentan en la zona con aparatología que registre la contaminación ambiente. Por las mañanas es costumbre barrer restos de cenizas y ver los estragos que la falta de agua está haciendo sobre los espacios verdes y el arbolado público.
“Es muy peligroso el humo que hay, hay falta de oxígeno, tóxicos en el aire, ¿qué vamos a hacer cuando empiecen los problemas de salud? ¿Quién resarce el daño”, preguntó una mujer a la que le siguió esta síntesis del hombre cansado de no descansar: “En el único momento que podés disfrutar y relajarte no podés abrir las ventanas de humo que hay”. A la hora en la que que escribió la temperatura superaba los 30 grados.

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