Tokio 2020: un mes en Portugal, el secreto de Brenda Rojas para destacarse en los Juegos Olímpicos
Antes de llegar a Japón entrenó cuatro semanas en el país europeo, dos en Avis y otras tantas en Montemor-o-Velho, con Joana Vasconcelos e Isabel Contreras quiénes la exigieron al máximo. "Ellas iban a otro ritmo, todos los días terminaba reventada", confesó.
Brenda Rojas coronó una buena performance en los Juegos Olímpicos Tokio 2020 porque fue competitiva en las dos pruebas que participó, K1 200 y 500 metros, frente a las mejores palistas del mundo de las que el canotaje de Argentina está un peldaño por debajo. El secreto para destacarse en el Canal del Bosque de Mar y hacer emocionar a todos los sampedrinos fue concentrar un mes en Portugal antes de volar a Japón.
La joven de 25 años llegó a Europa el 21 de junio y se fue el 20 de julio. Las primeras dos semanas entrenó en Avis, en el lago de Maranhão, junto a la local Joana Vasconcelos y la española Isabel Contreras quienes representaron a sus respectivos países en Tokio 2020: “En el primer entrenamiento que hice las chicas me dieron un trabajo de cuatro minutos. Para que se den una idea a ese ritmo voy a 12 o 12,5 kilómetros por hora y ellas lo hacían a arriba de 14 kilómetros por hora. Me dijeron ‘tomá Brenda, tu bienvenida’”.
La rutina en la pequeña localidad del distrito Portalegre situado en el centro del país luso fue muy exigente, contó Rojas en la primera columna que escribió para La Opinión: “Lunes, miércoles y viernes hice doble turno: agua a la mañana y a la tarde gimnasio más trote. Martes y jueves dos turnos de agua y libre por la tarde. Sábado doble turno de agua y gimnasio a la tarde”. Por entonces, reconoció que se sentía “más cansada que nunca” debido a la adaptación que hizo su entrenador, Juan Pablo Bergero, para que esté a la par de las ibéricas: “Al entrenar con gente que entrena diferente, me cuesta adaptarme y me siento cansada”.

Los 14 días siguientes Brenda se preparó en Montemor-o-Velho, también con Vasconcelos, y el día a día fue similar. La exigencia no mermó y para ella, eso fue determinante para progresar y destacarse en los Juegos Olímpicos, analizó en diálogo con Gonzalo Bonadeo para TyC Sports en Japón: “Creo que teniendo mas fogueo con gente que va por delante nuestro, vamos a mejorar. Pude entrenar con Joana e Isabel, desde el primer día de entrenamientos ellas iban a a otro ritmo. Eso fue muy loco, me quedé asombrada y todos los días terminaba reventada por cómo iban”.
En la Copa del Mundo de Barnaúl, Rusia, la deportista de Las Canaletas disputó la definición en K1 500 metros por una plaza a los Juegos Olímpicos y terminó séptima a tres segundos de Vasconcelos que ganó y llegó a Tokio 2020. Allí, en cuartos de final compartieron regata y Rojas fue tercera con casi cuatro segundos de ventaja sobre Vasconcelos, que lo hizo séptima.

“Tuviste un gran crecimiento y eso quedó a la vista”, le dijo Bergero a Rojas a través de una publicación en la que la felicitó por “el esfuerzo, la dedicación y entrega durante todo el proceso de trabajo” que la llevaron a las semifinales del K1 500 metros y cuartos de final del K1 200 en Tokio 2020.
El progreso de la sampedrina quedó en evidencia en la pista y, con apenas 25 años y dos Juegos Olímpicos en sus espaldas, tiene con qué ilusionarse a futuro para tener mayor protagonismo en el plano mundial como sí a nivel panamericanos y llevar a su Argentina, un país que no sobresale en el canotaje femenino, a codearse con las potencias.
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