Tras arder en llamas, Celupaper comienza la reconstrucción para volver a trabajar
Las llamas consumieron todo el sector de depósito y conversión, donde trabaja la mayoría de los empleados de la fábrica papelera. Empresarios, sindicalistas y autoridades políticas trabajarán en conjunto para garantizar la continuidad de los puestos de trabajo. El fuego comenzó pasadas la 01.30 del martes, luego de un desperfecto eléctrico. Las pérdidas fueron totales. Intervinieron unas veinte dotaciones de Bomberos.
Pasadas las 01.30 de la madrugada del martes una intensa llamarada podía apreciarse desde la zona este de la ciudad, mientras la alarma de Bomberos sonaba y las sirenas rompían el silencio de la veraniega noche sampedrina. Un incendio de dimensiones inconmensurables se había desatado en la planta de Celupaper, la excelulosa Jujuy, donde se fabrica papel higiénico y rollos de cocina marca Vual.
Un desperfecto eléctrico inició el fuego en un galpón de 5.000 metros cuadrados, lindero a otro de las mismas dimensiones. Fue en la parte posterior al acceso a la fábrica, donde estaban las bobinas de papel que son utilizadas para la manufactura y posterior empaque de los productos que comercializa Celupaper. Se trata de lo que dentro de la planta llaman el “sector de conversión” de la materia prima.
Al momento del inicio del foco ígneo, dos trabajadores fueron los que se percataron de la situación. A las 03.00 de la mañana, mientras el fuego ardía en todo el predio y los Bomberos trabajaban y pedían refuerzos, uno de los empleados ofreció su relato a La Opinión: “Estaba trabajando con un compañero, que se había roto una máquina y vi un chispazo arriba del techo, empezó a caer fuego arriba de los pales, fue un segundo”.
Ese segundo bastó para que las llamas tomaran todo el lugar, dos galpones de 50 metros de ancho por 100 de largo. En el galpón donde comenzó el siniestro “hay unas máquinas, no había nadie trabajando”, contó el trabajador testigo del incidente, y agregó: “Empecé a gritar ‘llamen a los bomberos’; pero no pudimos hacer nada, queríamos agarrar las mangueras para tirar agua, que llevan una traba; bueno, no estaba esa traba”.
Una ardua tarea de Bomberos
El personal del cuartel de Bomberos Voluntarios local llegó de inmediato a la zona del incendio, donde se percató de la magnitud del siniestro e inmediatamente convocó refuerzos. Unos 80 efectivos, miembros de 20 dotaciones provenientes de San Pedro, Ramallo, Baradero, Gobernador Castro, Vicente López, Escobar, Del Viso, San Isidro y Zárate, trabajaron durante toda la madrugada.
A las 4.20 de la madrugada, el Segundo Jefe de Bomberos Patricio Pérez, a cargo del operativo, señaló que habían logrado cinrcunscribir el proceso del fuego. La tarea fundamental era evitar que se propagara hacia el sector donde se encuentran las máquinas de producción de las bobinas, además de varios camiones que esperaban para cargar.
Tres horas más tarde, Pérez confirmó que el fuego estaba controlado, merced al trabajo de “siete líneas de ataque, frente, contrafrente y laterales”, explicó el bombero. A esa hora comenzaban a analizar los importantes daños sobre la estructura del edificio.
Colaboraron cisternas de la empresa Ramón Rosa y del municipio, así como personal de Protección Ciudadana. Los empleados municipales estaban de paro, pero aun así asistieron ante la tragedia.
Al cierre de esta edición, Bomberos continuaba trabajando en la zona, con máquinas topadoras que extraían el material incendiado del interior de los galpones, especialmente las bobinas, para aplicarles la extinción final, mientras atacaban pequeños focos que persistían dentro del lugar.
La hora de la reconstrucción
Los trabajadores que estaban en el turno y aquellos que se enteraron que ardía la fábrica, miraban cómo el fuego se devoraba todo frente a ellos. Con el temor respecto a lo que pueda suceder en el futuro, los más de 180 trabajadores se mantuvieron informados, preocupados y procuraron colaborar en lo que estaba a su alcance.
Ayer por la mañana, Roberto Gavito, representante del Sindicato de Trabajadores de la Industria del Papel, mantuvo una reunión con el Gerente de la planta, Mario Esperanza, de la que también participó el intendente municipal Pablo Guacone, que se acercó para recorrer el lugar. Según informó Gavito, en ese diálogo Esperanza garantizó la continuidad de los puestos de trabajo, y aseguró que todos los turnos seguirían cumpliéndose con normalidad, sobre todo durante estos días en los que hay que asistir a Bomberos y comenzar a pensar en las tareas de reconstrucción.
“Acá es todo papel, todo inflamable. Lo que está más afectado es la conversión. La parte de producción no está afectada”, señaló Gavito, quien evaluó que esto “afecta gravemente a la economía de San Pedro”. El sindicalista explicó que “de 180, 190 trabajadores, hay 120 en el área de conversión”, que quedó destruido.
Guacone, por su parte, no podía “salir del asombro” frente a lo que tenía antes sus ojos. “Es impresionante las pérdidas que ha habido”, dijo el intendente, quien manifestó que un supervisor le expresó que “se puede calcular que puede llegar a pasar un año en reparar todo esto, mucho tiempo y mucho dinero”.
Durante la reunión, los miembros del sindicato que conduce Gerardo Gelabert se pusieron a disposición de la empresa, para “gestionar lo que haga falta para seguir trabajando” y aseguraron que “el Intendente Pablo Guacone también se puso a disposición en este sentido”.
Respecto a lo que algunos trabajadores dijeron a La Opinión sobre algunos inconvenientes en torno a la seguridad en la planta –todo ello mientras veían cómo su fuente de trabajo se desmoronaba bajo las llamas–, Roberto Gavito prefirió la cautela: “La realidad es que hablar sobre algunas problemáticas que no son nuevas en esta situación no tiene sentido”, dijo y aseguró: “Ya pasó lo que pasó y ahora hay que poner la energía en seguir trabajando”.