La última sesión del Concejo Deliberante previo a las elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias del domingo dura poco más de 14 minutos y tuvo tres expedientes en tratamiento en el recinto donde se reúnen los ediles.

Con 17 concejales —faltó la concejala oficialista Rosa Celié, a quien se vio en Beladrich en actividad de campaña—, el cuerpo sesionó para recibir cuatro notas que pasaron a archivo y darle ingreso formal al proyecto de Unión por la Patria para señalizar con pictogramas espacios públicos, de manera de facilitar el acceso a personas con TEA.

Antes de empezar a tratar los temas del orden del día, la presidenta del Concejo Deliberante, Mónica Otero, se refirió al crimen de Morena en Lanús, en nombre de todo el cuerpo. “Todos nos tenemos que sentir responsables”, dijo y pidió “que todos los que tengan que impartir justicia lo hagan rápido para que los padres y todos aquellos cercanos a esta niña puedan sentir un alivio.

Uno de los tres expedientes que tuvieron tratamiento sobre tablas fueron la declaración de interés legislativo de la edición número veinte de la Fiesta de la Ensaimada Mallorquina, que tendrá lugar durante 19, 20 y 21 de agosto.

Los otros dos estuvieron relacionados con la planta depuradora. Por un lado, aprobaron el convenio con Senasa para la construcción de oficinas de ese organismo en el terreno lindero al jardín Frutillitas.

Por el otro, dieron curso a un proyecto de resolución elevado por Juntos Pro relacionado con la necesidad de mantener la limpieza en el lugar y con la búsqueda de alternativas viables para el tratamiento de los efluentes cloacales.

Antes de finalizar la sesión, Otero se dirigió a “todos los candidatos que se van a presentar en las Paso” para pedir que “una vez más, podamos festejar la democracia”. En el recinto había ocho, incluida ella misma, puesto que Ramón Salazar y la subsecretaria legislativa Soledad Llull se suman a los seis ediles en ejercicio que había consignado La Opinión cuando cerraron las listas.