En Rosario se desarrolla desde la semana pasada un juicio oral y público en el marco de una causa federal por el tráfico de drogas cuya investigación comenzó en San Pedro.
Se trata del caso de la “monja” colombiana –que en realidad es miembro de una secta del amazonas peruana, pero se viste con el hábito católico– Sulán Ortega, quien está acusada de liderar una banda de narcotraficantes junto a su exesposo Diego López Echeverría, también colombiano, al igual que Argemiro Sierra Pastrana, extraditado en 2013 desde Estados Unidos, donde cumplía condena de 135 años por el mismo delito.
El resto de los acusados son Axel Manderiolli, Horacio Biradelli, Cristian Serra, Matías Uriel Gómez, Juana Quispe Espinoza y el sampedrino Javier Celestino “Kukato” García.
La investigación comenzó con denuncias anónimas sobre la presunta venta al menudeo por parte del artista sampedrino. Las escuchas telefónicas derivaron en una investigación que terminó en una banda internacional.
El abogado de Kukato, Hugo Lima, aseguró que el sampedrino nada tenía que ver con esa organización delictiva y que la suya es, como aseguró desde el primer momento de la investigación, la condición de un “perejil” que quedó involucrado en la causa.
Luego de su detención y posterior excarcelación, el artista se sometió a un proceso de desintoxicación para superar su adicción a las drogas.
La banda de los colombianos enviaba cargamentos de droga desde ese país a Argentina, Australia, España y Holanda, según se ventiló en las primeras audiencias del juicio.