La polémica por la situación de la escuela 32 del paraje La Bolsa, cuyos únicos alumnos son los hijos de una mujer en situación de calle que fue enviada allí como “casera” precisamente para que esos chicos permitan mantener la institución abierta, sumó un capítulo más cuando La Opinión pudo saber que una de las integrantes del cuerpo docente es la concejala Vanina Cappelletti.

La edila del bloque Juntos Pro es profesora de Educación Física y se desempeña en diversas escuelas rurales del distrito, entre ellas la de La Bolsa, donde concurre una vez por semana para cumplir con las tres horas cátedra o dos horas reloj que implican los módulos que tiene en ese establecimiento, cuya distancia implica un 120 por ciento de sobresueldo por desfavorabilidad.

Este jueves, en Radio Cuarentena, Cappelletti confirmó que la decisión de las autoridades educativas de llevar a una familia con chicos en edad escolar como caseros fue para “que la escuela no cierre”.

“Fui a dar clases, tengo dos alumnos que son hijos de María, que está viviendo ahí en la escuelita”, dijo Cappelletti y agregó: “Estoy viendo las noticias, voy y doy clases y me retiro, he visto las noticias que ella ha manifestado que quiere irse, pero desconozco el caso en profundidad”.

Señaló que la decisión no le corresponde a ella como docente sino a las autoridades educativas del disstrito y explicó que “se recorrió el lugar para ver si había familias para ir a la escuela” antes de convocar a María Macchi.

“El año pasado egresó el último alumno y se buscaban familias con niños en edad escolar para sí, mantener la escuela abierta. Se sabe que una escuela que se cierre no se vuelve a abrir”, analizó la concejala.

La profesora de la escuela 32 de La Bolsa consideró que la decisión de llevar a María Macchi y sus hijos para que la escuela tenga chicos “no es inventar los alumnos” y que “le brinda la posibilidad a una familia con niños en edad escolar para que puedan ir a la escuela y de esa manera se mantiene la escuela abierta”.

“Yo trabajo mucho en escuelas rurales y la matrícula viene disminuyendo mucho, porque la población del campo se ha ido, ya casi no hay familias en el campo, por una u otra cuestión se han ido”, analizó y reveló que en otros colegios rurales le tocó trabajar “con un solo alumno”.

Confirmó que la familia “en este momento está viviendo en un aula porque Consejo Escolar ya tiene el compromiso para hacer las refacciones en la casita que está al lado para que puedan habitarla”.

“Se está tratando de mantener la escuela abierta, con una familia con chicos en edad escolar”, sostuvo y señaló que “en esa zona quienes asisten a las escuelas suelen ser hijos de personas que trabajan en estancias, en el campo, hay posibilidades de que próximamente haya chicos porque están en edad de jardín, se ha recorrido el lugar y se ha tenido un panorama”.