150 días pasaron desde que el 22 de septiembre de 2018 Francisco Ramis sufrió un golpe en el encuentro que Mitre igualó 1 a 1 con Defensores Unidos por la sexta fecha del Clausura de la LDS, siguió jugando y horas después comenzó a transitar sus horas más difíciles porque se constató que había sufrido una perforación en su hígado que obligó a que lo intervinieran quirúrgicamente de urgencia en la Clínica San Pedro. Posteriormente fue trasladado al Sanatorio Finochietto donde permaneció internado poco más de dos semanas hasta que el 11 de octubre regresó a su casa.
El joven, su familia, amigos y el club no la pasaron bien. Francisco retomó su vida normal y hasta se dio el lujo de ir a alentar a sus compañeros del Rojo en cada partido, siempre con las ganas de poder estar nuevamente adentro de una cancha.
En pos de volver a ponerse la camiseta roja, la semana pasada dio el primer paso porque entrenó por primera vez con la primera que está disputando el Torneo Regional. “Rama” llegó en su bicicleta al predio de Rómulo Naón y Caseros donde trotó con sus viejos compañeros y, en diálogo con La Opinión, manifestó: “El doctor de Buenos Aires me dio el alta para entrenar, hice regenerativo para arrancar de a poco y me viene bien para agarrar ritmo de vuelta. Me sentí bien pero un poco incómodo todavía”.
Si todo marcha por los carriles normales, en poco más de un mes Ramis estará nuevamente adentro de un campo de juego con la camiseta de Mitre, la entidad en la que nació y se crió como toda su familia, que sufrió por él y que desde ayer espera con ansias verlo patear una pelota.