Zoe recorrió Sadiv y ya tiene en su casa la máquina de escribir braille
La máquina de escribir braille que compró Diego Rodríguez fue entregada a Zoe en su casa el jueves, cuando el sampedrino que vive en Estados Unidos cumplía años. La niña le cantó el feliz cumpleaños por teléfono y celebraron juntos. El recorrido por Sadiv que hicieron con Noemí Girard como guía y que transmitió en directo Sin Galera.
La solidaridad sampedrina que cruzó fronteras e hizo que un hijo de este pueblo que vive en Miami decidiera comprar la máquina de escribir braille que necesitaba la niña no vidente Zoe Barreto, abrió una cadena de favores que este jueves tuvo su momento de mayor felicidad: la Perkins ya está en sus manos.
Cintia Masé, amiga de Diego Rodríguez desde la época en la que ambos cursaban la secundaria en la escuela Normal, fue la encargada de llevar hasta la casa de Zoe la máquina de escribir, luego de que el sábado, tras salir al aire desde Miami, el sampedrino que vive en Estados Unidos la llevó a un piloto de la empresa aérea Lan que, a través de un colega sampedrino, Luis Paz, se comprometió a hacerla llegar hasta Buenos Aires.
“Llegó la máquina, Cintia la trajo a casa. Fue el cumpleaños de Diego y vino el padre de él a casa, entonces le cantamos el feliz cumpleaños”, contó Leonela a La Opinión y remitió el video del momento en que la niña se comunica con su nuevo amigo, que a la distancia acompaña cada momento desde que se enteró a través de este medio que la familia necesitaba ayuda.
La mamá de Zoe recibió asesoramiento en vivo por parte de Noemí Girard de Vitale, alma máter de SADIV, quien les explicó una serie de derechos que la asisten y que pueden hacer cumplir, al tiempo que las invitó a concurrir al centro que conduce.
Con Noemí como guía, Zoe y su familia recorrieron Sadiv. La niña nunca había ido al centro integral de la Sociedad Amigos del Disminuido Visual, una origanización modelo en la asistencia a personas no videntes, creada cuando su fundadora comenzó a perder la visión y decidió que debía existir un espacio de atención y contención, que con el tiempo se convirtió en un hogar y en un centro de día para personas con discapacidad.
“Vamos a venir para que Zoe haga natación, la estimulen un poco más en lo que es braille y tenga más elementos, acá en Sadiv”, dijo la madre. La organización se hará cargo del transporte para que la niña pueda asistir al centro de día, ubicado en camino Lucio Mansilla.
Con Noemí, la mamá de Zoe aprendió a preparar la máquina de escribir braille para que Zoe la pueda utilizar. En Sadiv, la niña escribió y hasta se encontró con quien fuera maestra de ella en otro período escolar.